A 8 mil kilómetros de Ourense para aprender inglés con una beca de la Fundación Amancio Ortega

La joven Antía López Civeira.
photo_camera La joven Antía López Civeira.
Antía López y Ana Rodríguez son dos ourensanas elegidas por la Fundación Amancio Ortega para estudiar 1º de Bachillerato en Norteamérica. Una aventura que ya tienen ganas de empezar.

Para las jóvenes Antía López Civeira y Ana Rodríguez, este 2024 será, sin duda, un año inolvidable. En septiembre harán la maleta para marcharse a Norteamérica a estudiar 1º de Bachillerato, un sueño hecho realidad gracias a la Fundación Amancio Ortega. Las ourensanas son dos de los 400 estudiantes elegidos por la entidad como beneficiarios de las becas de movilidad al extranjero. Antía viajará a Estados Unidos, y Ana, a Canadá. “Yo no me esperaba para nada que me escogieran”, reconoce Antía. No es para menos: casi 8.500 estudiantes de toda España se presentaron a la convocatoria. “Tenía la esperanza de que sí, pero claro, hasta que me lo confirmaron… Yo tenía claro que me iba a apuntar a las becas desde que supe que existían”, dice Ana. 

El proceso de selección arrancó el verano pasado, cuando entregaron su solicitud. Una vez admitidas, realizaron una prueba de nivel de inglés. “El examen me ponía un poco nerviosa porque era de cuatro horas, pero al terminarlo estaba bastante confiada”, comenta Ana. Después del test, llegó la entrevista personal. “Tenía que enviar un vídeo de tres minutos para convencerlos de que era la persona adecuada. Yo les dije que iba a esforzarme en aprovechar al máximo la experiencia, que iba a dar mi 100% o más”, comparte Antía. 

A finales de diciembre, llegó la resolución. “Yo estaba en clase cuando me avisaron, ¡no me lo creía!”, explica Antía. 

Una aventura

Para ambas, esta será la primera experiencia de inmersión lingüística durante un curso escolar. Allí vivirán con una familia nativa e irán a clase como el resto de jóvenes de su edad. “Nunca salí tanto tiempo de casa ni estuve tan lejos, va a ser una experiencia muy distinta”, dice Antía. “Yo tengo muchas ganas de conocer a gente y descubrir su cultura, salir de mi zona de confort y probar cosas nuevas”, apunta Ana. 

Se van “muy contentas”, aunque saben que en casa las echarán mucho de menos. “Mis padres están muy emocionados y orgullosos, pero claro, es un año sin vernos”, reconoce Ana. “Claro que me echarán en falta, pero al ver lo ilusionada que estoy también están contentos de que me marche”, comparte Antía.

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