La lluvia no frenó a los cientos de fieles que acudieron a lo largo del día de ayer al Santuario de Os Milagros para visitar a la Virgen, en el ecuador de la novena que se celebra estos días -hasta el 8 de septiembre- en su honor.

Abarrote en Os Milagros

Camino del templo, con los paraguas. (Foto: M.A.)
Ni la lluvia ni el tiempo desapacible con el que amaneció la jornada de ayer, domingo, pusieron freno a los cientos de peregrinos que a pie o en coche se acercaron al Santuario de Os Milagros.
La jornada dominical, en el ecuador de la novena a la Virgen, siempre es uno de los días con mayor afluencia de personas, y este año no fue menos. 'Aunque a primera hora, las dos primeras misas, sí se notó una menor afluencia de gente, a partir de las 10 de la mañana aumentó el número y se puede decir que está igualando la cantidad de fieles habitual durante esta novena todos los años', explica el padre Antonio Otero, administrador de la comunidad de los padres paúles que cuidan el Santuario del monte Medo.

Los peregrinos, muchos de los cuales no renunciaron a recorrer varios kilómetros ayudados por su devoción y bien pertrechados con chubasqueros y paraguas, se acercaron a lo largo de toda la jornada al interior del templo para escuchar la Eucaristía, que contó con la predicación del padre paúl Vicente Martín, procedente de la provincia de Barcelona, que se está haciendo cargo de la homilía en las misas mayores -las de siete de la tarde- a lo largo de toda la novena. Terminada la misa, los fieles se acercaban en silencio a besar la medalla de la Virgen de Os Milagros, en agradecimiento de las gracias recibidas o en solicitud de alguna nueva.

Precisamente con el fin de facilitar el ejercicio de esta devoción, el padre Otero hacía un llamamiento 'a los dueños de los toldos de comidas para que dejen libre la carretera y la gente, muchos de ellos mayores, pueda acceder sin problemas al templo'.

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