Año y medio después de que se iniciaran las obras, sólo falta pintar la calzada para que empiecen a estar operativos los nuevos viales y las tres rotondas que incorpora el proyecto

Los accesos a Carrefour abren al tráfico el viernes

Vista de los accesos a Carrefour. (Foto: José Paz)
Año y medio después de que comenzaran las obras, los accesos a Carrefour abrirán al tráfico este viernes. Primero lo hará la N-525 y después (entre el viernes y el sábado), el propio vial de acceso al hipermercado. No en vano, las obras están pendientes únicamente del pintado de la calzada, que también dependerá de las condiciones meteorológicas. Según el teniente de alcalde, Andrés García Mata, 'en canto estean rematados os traballos, abrirase ó tráfico'.
Tras estos trabajos, el acceso al centro comercial tendrá como eje principal una glorieta sobre la carretera N-525, a la altura del cruce en O Fonsillón, bajo la cual transcurrirá el tronco de la N-525. Se evita así la intersección que había antes, de forma que el tráfico por la carretera nacional no interferirá con el de acceso a las áreas contiguas. La rotonda tendrá entrada y salida tanto en dirección a Santiago como hacia Madrid.

Asimismo, desde la rotonda principal se podrá enlazar con un vial de nueva construcción hacia A Farixa y Mariñamansa (que en el futuro pasará por delante del centro comercial de Eroski y desembocará en la glorieta actualmente existente entre A Saínza y la avenida de Zamora). Mientras, otra vía permitirá el acceso hacia O Fonsillón Vello y, siguiendo su trazado, se accederá al centro comercial, previo paso por dos glorietas.


CUATRO AÑOS EN UN CAJÓN

No obstante, lo cierto es que los accesos estarán en funcionamiento 15 años después de la apertura del centro comercial y siete desde que en 2003 Carrefour depositara 5,4 millones de euros en el Concello, entonces presidido por Manuel Cabezas, para que ejecutase las obras. La desidia municipal hizo que el proyecto estuviera aparcado durante cuatro años, cuando fue retomado por el bipartito.

No obstante, los accesos incluyen una curva en la rúa dos Ponxos, un vial estrecho que puede convertirse en un embudo en el entorno del centro comercial. García Mata considera que, efectivamente, la situación 'queda pendente do entronque coa rúa dos Ponxos e a Ronda Bulevar, pero aínda así esta actuación vai permitir desconxestionar o tráfico da cidade, sobre todo en Marcelo Macías, ademais de mellorar os accesos a O Fonsillón'.

Y esto es, precisamente, lo que más valoran los vecinos de la zona. Después de meses de trastornos por las obras, los residentes ven que 'podremos incorporarnos como Dios manda a la carretera N-525. La obra en sí es buena, aunque podrían haberla rematado mejor', explica Juan Carlos García, presidente de la asociación de vecinos. Esos 'flecos' a los que alude se refieren a que 'en la calle Fonsillón hay una parte que no está incluida en el proyecto pero que ha quedado deteriorada por el paso de los camiones de la obra. Es un tramo pequeño y podían rematar mejor esta zona'. El otro 'pero' es ese posible 'cuello de botella' a la altura del colegio Luis Vives, 'que es bonito para una zona residencial pero no sé si será útil para acceder a un centro comercial.

Además de los vecinos, Maderas Soto ha sido uno de los más afectados por los trabajos -en alguna ocasión se quejaron por las dificultades que las obras causaban para poder acceder a la empresa-. Una vez concluidos éstas, el resultado tampoco parece satisfacer mucho a los responsables. 'La señalización no quedó bien', afirma María del Carmen Soto, que añade que el indicador de Maderas Soto 'te lo encuentras cuando ya estás delante de la entrada. Tendrían que haberlo puesto al llegar a la glorieta', explica Soto.

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