El seguimiento en Ourense fue desigual, con mayor incidencia en los polígonos de San Cibrao y Pereiro, y menor en las zonas comerciales, que cerraban al paso de los sindicatos

La acción de piquetes forzó el paro en las áreas industriales

Movilización de UGT y CC.OO. en Ourense. (Foto: Marcos Atrio)
Una repercusión desigual en la huelga general del 29-S en la ciudad de Ourense. De hecho, el seguimiento del paro se concentró en los polígonos industriales de San Cibrao y Pereiro durante la noche y la mañana, y en las calles más comerciales del centro de la ciudad, particularmente por la mañana, coincidiendo con la actuación de los piquetes.
La principal incidencia de la jornada fue la detención de dos personas, M.F.A. y O.R.G., de 28 y 32 años respectivamente, presuntamiente relacionados con piquetes o que aprovecharon la movilización sindical conjunta, como presuntos autores de un delito de daños por la quema de contenedores. Fueron localizados en la Avenida de Buenos Aires, aunque, según la Policía, la alerta la recibieron en la calle Celso Emilio Ferreiro.

Asimismo, hubo varios comercios de la calle Paseo o de su entorno que se encontraron la cerradura taponada con silicona, para impedir su apertura. Lo mismo ocurrió en la imprenta de la Diputación, ubicada junto al Paco Paz. En aquellos puntos por los que pasaron los piquetes, algunos con la cara tapada con pañuelos para no ser identificados, se tiraron bombas de humo, ya fuese en administraciones como la Seguridad Social, entidades bancarias como Banesto, ante la sede de la Confederación de Empresarios o en comercios. Y en algunos bares obligaron al cierre, procediendo también a tirar las sillas de las terrazas y a conminar a los clientes para que abandonaran los establecimientos.

La repercusión de la huelga también se notó en el sector del transporte público, y obligó a muchos usuarios ourensanos a recurrir a otros medios, fundamentalmente al vehículo particular, ya que buena parte se habían informado previamente de los servicios existentes.


MANIFESTACIONES

Los actos centrales de la jornada fueron dos manifestaciones en la ciudad, una convocada por la CIG y otra de UGT y CC.OO. Pese a ir por separado, los tres sindicatos coincidieron en destacar el gran respaldo a la movilización, a pesar de las continuas previsiones de que iba a tener un respaldo escaso.

La manifestación de la CIG, con una afluencia de unas 2.000 personas, por encima de lo habitual en Ourense, contó con la participación de responsables locales del BNG. El secretario comarcal del sindicato, Etelvino Blanco se mostró 'plenamente satisfeito' de la respuesta de los ourensanos a esta huelga, asegurando que cerraron 'todas as grandes' empresas de los polígonos de San Cibrao y Pereiro, y cifró 8.000 los trabajadores en huelga. Por el contrario, reconoció sin tapujos que el menor índice de paro se registró entre los empleados públicos, lo que calificó de 'lamentable', criticando que el Gobierno les baje el sueldo y 'aínda así non se mobilizan'.

La movilización de UGT y CC.OO, que se desarrolló una hora más tarde, contó con unas 1.500 personas y estuvo presidida por un ataúd que portaron los sindicalistas, con los lemas 'Ataúdes Pepiño Blanco y Funeraria ZP'.

La secretaria comarcal de CC.OO., Ana Barrios, destacó el 'seguimiento masivo' y José Luis Fernández Celis, responsable comarcal de UGT, consideró que 'a resposta ó xiro antisocial do Goberno central está sendo contundente', por lo que defendió una salida 'basada no crecemento e o emprego'.

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