Según la defensa de esta víctima de Ourense, se orinaba encima ante las miradas desafiantes de su padre, y sufría "un clima doméstico de forte intimidación"
Aunque la víctima interpuso la denuncia en octubre de 2018, cuando ya tenía 29 años, el Juzgado mixto de Xinzo vio base para sentar a José Antonio N.T. en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Ourense por agredir sexualmente a su hija a lo largo de su niñez y adolescencia, entre los siete y los 16 años. Traducido a tiempo, entre 1996 y el año 2006.
"Sentiu o abandono da Fiscalía"
Fue un proceso arduo y con piedras en el camino porque no contó con el respaldo de la Fiscalía, a favor del sobresimiento del caso por prescripción del delito. La acusación particular finalmente consiguió la apertura del juicio oral, interesando en su escrito de acusación provisional una pena de 27 años y medio de cárcel. “A Fiscalía quixo que a acusación morrera docemente e non o considerou interesante para invertir o seu traballo; non se molestou en estudar o relato fáctico minucioso da miña clienta, xa que había marxes para non consideralo prescrito”, asegura la abogada Alba Feixóo López. La denunciante -en boca de su letrada- se sintió abandonada por parte de una institución que defiende el interés público.
Más de cuatro años después del inicio de la instrucción, el juicio está señalado para esta mañana, aunque podría suspenderse por la huelga de los letrados judiciales.
La mujer que es hoy tardó en denunciar los actos que consintió porque, según su letrada, tenía auténtico pánico a su padre. “Acusamos por agresión sexual porque houbo violencia, non violencia física pero sí psicolóxica, una presión coercitiva que intimidaba á denunciante”. Hay testigos que pueden hablar de cómo la niña se meaba encima ante las miradas desafiantes del progenitor y conatos de ira. La letrada que representa a la mujer supuestamente agredida habla de “clima doméstico de forte intimidación”.
Por su parte, el Ministerio Público entiende que los hechos son constitutivos de un abuso sexual (la acusación particular va por agresión sexual) y “conforme a la legislación vigente están prescritos”, según fuentes de la Fiscalía de Galicia.
El inicio de los abusos sexuales
La perjudicada sitúa el primer ataque sexual cuando solo tenía siete años, en la casa de su tía paterna, aprovechando que no había nadie en el domicilio. A este primer episodio le siguieron otros más, según el relato de la perjudicada cuando el padre llevaba a la hija con él al lugar de trabajo o la pesca.
