Indignación y un profundo malestar por la gestión del parque y los efectos del fuego eran ayer algunos de los sentimientos entre los vecinos y amantes de un Xurés que va perdiendo su peculiar paisaje verde y granítico por un manto que tarda años en recuperar. Ninguno de los seis concellos que conforman el parque, Reserva de la Biosfera Transfronteriza, se salva de las llamas.
En Muíños, el último gran incendio en esta zona se registró en 2017 “y se tardará años en recuperar”, incidía Plácido Álvarez, que ayer no era capaz de subir hasta Salgueiro, la aldea que estaba llamada a ser el gran centro de educación medioambiental en el gobierno bipartito de la Xunta (2005-2009) y que, tras una inversión de tres millones de euros, acabó en el olvido. “Llevo años intentando hacer algo, implicando a Medio Ambiente, a Medio Rural, a la Diputación… después de esto será dificil”, lamentaba el alcalde, quien desde la administración local promovió en los últimos años campos de trabajo y visitas guiadas para que no cayera nuevamente en el olvido, después de la marcha de su último morador, en los años 60.