El fiscal le imputa la muerte de un peatón en la ciudad al que arrolló tras una persecución policial

El acusado de un atropello mortal ''llevaba cinco copas'

El acusado, antes de entrar al Juzgado de lo Penal número uno. (Foto: MIGUEL ÁNGEL)
'Obviamente no estaba en condiciones para conducir'. Son las palabras de Juan Manuel Ananín Blanco, un joven que se sentó ayer en el banquillo de los acusados del Juzgado de lo Penal 1 por conducir ebrio de forma temeraria por la ciudad el 1 de enero de 2010 y atropellar mortalmente a un peatón tras protagonizar una persecución policial.
Los hechos que le atribuye el fiscal al encausado, de 22 años, sucedieron alrededor de las diez de la mañana del día de Año Nuevo, tras una noche de alcohol. 'Había tomado unas cinco copas de ron', reconoció. Según la acusación pública, poco antes de esa hora se dirigió al Campus de Ourense, en donde tenía estacionado su coche, un BMW. Allí, circuló haciendo derrapes y trompos, hasta que un taxista avisó a la Policía Nacional. Tras desplazarse una patrulla al lugar, que cortó la trayectoria del joven y dio el alto al vehículo, Juan Manuel Ananín se fugó subiéndose a una acera y escapando por la avenida Otero Pedrayo a más de 100 kilómetros por hora, según los agentes que testificaron en el juicio. 'Nosotros íbamos a esa velocidad en el coche policial y él nos sacaba ventaja', aseguró uno de los efectivos de la Policía Nacional que intervino ese día para interceptar al acusado.

Durante el juicio, el procesado, que reconoció el trágico accidente, no recordó 'circular irregularmente por la zona universitaria y haber esquivado el coche patrulla'. Asimismo, expresó que 'debía ir a 60 kilómetros por hora' y que 'no sabía que estaba siendo perseguido por los agentes'. Tal y como sostuvo el ministerio público, el encausado puso en peligro con su conducción temeraria a un peatón en el mismo vial de Otero Pedrayo, obligándolo a dar un salto para no ser arrollado. Suerte distinta fue la de José Fernández Vázquez, un viandante (tenían entonces 68 años) que se encontraba en la calle Castela Ferrer de la ciudad. En un tramo curvo de esa calle, el encausado perdió el control del vehículo, llevándolo por delante cuando estaba en las proximidades de una valla, falleciendo en el hospital tras sufrir la amputación de una pierna a causa del impacto. El acusado, sin embargo, manifestó no recordar haber atropellado a José Fernández. 'Fue la Policía la que me dijo que lo había arrollado cuando pasó todo', aseguró.

A lo largo de la vista oral, testificaron ante el juez la mujer del fallecido y dos de los tres hijos del matrimonio. Todos ellos, aseguraron que la tercera descendiente, con problemas de salud, 'dependía totalmente' de la víctima.


'LE PERDÍAMOS DE VISTA'

Los agentes de la Policía Nacional reiteraron que 'iba muy rápido, le perdíamos de vista' y aseguraron que vieron al peatón ya 'por los aires'. Asimismo, un policía local confirmó que el acusado dio positivo en las pruebas de alcoholemia y, también, que 'la velocidad a la que iba era elevada, porque el coche quedó a ocho metros del punto del impacto'. El encausado, visiblemente emocionado, al término de su declaración resumía lo ocurrido: 'No tenía que haber cogido el coche llevando alcohol encima'.

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