La explosión del sector hizo que se crearan 122 empresas en sólo 10 años

La agricultura ecológica gana peso en el comercio

En la imagen, la tienda de productos ecológicos 'Todobío', emplazada en la ciudad (Foto: XESÚS FARIÑAS)
A paso lento, pero sostenido. La agricultura ecológica ha ido creciendo progresivamente en la provincia a lo largo de la última década, que se ha posicionado como la primera de Galicia en superficie amparada. De hecho, de las 542 hectáreas certificadas que había en 2001 se ha pasado a 6.666 al cierre de 2010, según los datos del Ministerio de Medio Ambiente. De hecho, esta superficie representa casi la mitad del total de Galicia (14.100 hectáreas)
Mientras, el número de actividades de producción o transformación vinculadas a la agricultura ecológica en la provincia ha pasado de 34 a 156 en dicho periodo. En concreto, destacan 43 explotaciones ganaderas, de las que la mayoría corresponden a producción de carne (y, en concreto, de vacuno).Hay, asimismo, 10 industrias de producción vegetal y seis animal. En este sentido, vinculadas a la producción ecológica han surgido novedosas iniciativas. Así, en la provincia con más denominaciones vinícolas de la comunidad, hay tres bodegas que producen vino ecológico. También se encuentra en Ourense la única planta de aceite ecológico existente en Galicia. Este tipo de producción también se relaciona con iniciativas sociales, como las vinculadas al asentamiento de población en el rural o inserción laboral. De hecho, con estos dos objetivos nació Agrobrocal, iniciativa promovida por Cáritas en la rectoral de Santa Olaia de Beiro. También se han constituido cooperativas, como Daiquí, que abordan todas las fases de producción y comercialización de productos ecológicos: desde su cultivo hasta la entrega a domicilio al cliente.

Contribuir al cuidado del medio ambiente es otro de los objetivos con los que se relaciona la agricultura ecológica. Así, la comunidad de montes de Loiro, Bentraces y Sobrado (Barbadás) decidió en el año 2000 dedicarse a la producción de cultivos ecológicos, como trigo o patata, entre otros, según explica su presidente, Albino Fernández. 'Lo hicimos por convicción', sostiene, recordando que también surgió para 'gestionar el monte abandonado'.

Según explica, las principales diferencias están en que no se puede aplicar ningún tratamiento o fertilizante de síntesis, solo elementos naturales. Además, requiere un mayor papeleo, para registrar los controles de cara a la certificación. En este sentido, explica que los técnicos del Consello Regulador de Agricultura Ecolóxica de Galicia (Craega) realizan inspecciones, tomando muestras para garantizar que se cumple la normativa ecológica. Fernández, que también es vocal de Craega, explica que ésta es la primera entidad del sector en obtener la certificación ENAC (Entidad Nacional de Acreditación) que avala su competencia técnica en base a estándares europeos. 'Ya sabíamos que lo estábamos haciendo bien, pero esta acreditación lo certifica', manifiesta.

Te puede interesar