Las fiestas gastronómicas de los concellos de la provincia se han vuelto a erigir como una garantía de ocio estival de éxito asegurado, tal y como ejemplificaron las fiestas de la Empanada, en Allariz, y de los Callos Limiaos, en Lobios

Allariz y Lobios pusieron la mesa

La venta de empanadas no cesó en todo el día en Allariz.
El fin de semana festivo por excelencia no defraudó en los concellos de Allariz y Lobios. Sus respectivas fiestas de la Empanada y de los Callos Limiaos fueron el punto de reunión de cientos de vecinos y visitantes que disfrutaron de ocio, deporte y gastronomía, demostrándose que la actividad en localidades del interior las convierten en una gran alternativa a la playa.
Nada más llegar a Allariz, el ambiente festivo era más que palpable: calles a rebosar de curiosos de todas partes, tiendas abiertas en domingo y muchos vehículos estacionados. El Campo de Vilanova congregó al público asistente, que disfrutó de la amplia variedad de productos de los hornos de la zona y de una comida tradicional a las orillas del río Arnoia, donde durante toda la mañana tuvo lugar el campeonato provincial de piragüismo, uno de los deportes más típicos de Allariz. La música, a cargo de varias bandas y orquestas, estuvo también presente durante toda la jornada.

Más al Sur, el Concello de Lobios también se puso sus mejores galas en homenaje a los callos limiaos, un producto único del que disfrutó una nutrida legión de visitantes, que se congregaron en el polideportivo municipal, mientras que muchos vecinos fueron fieles a la costumbre de comer los callos en sus casas. La fiesta, dado que el día se completó con una feria de artesanía de productos de la zona y con la tradicional 'Carretada', una dura prueba de velocidad consistente en el tiro a mano de carros a través de una recta, que un año más causó una gran sensación entre los presentes.

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