PLAGAS

La avispa asiática irrumpe en Lobios y Castrelo de Miño

photo_camera Rita Pereiras, apicultora de Castrelo de Miño, muestra un cubo con avispas y la raqueta que utiliza.

Los apicultores muestran también su preocupación por la agresividad de la especie autóctona 

La avispa velutina o asiática, que está convirtiéndose en un serio problema en Pontevedra, ya se ha detectado en la provincia de Ourense, con focos en los municipios de Lobios y Castrelo de Miño. "Es cierto que, hasta ahora, no han sido tan virulentos como en el caso de Pontevedra y A Coruña, pero ya se vieron el año pasado y repiten éste", señala Ester Ordóñez, de la Agrupación Apícola de Galicia.

Juan Antonio Salgado, apicultor de la zona de Lobios, apunta que "ya el año pasado encontramos algún ejemplar y este año se repite la historia". Salgado cuenta con alrededor de 200 colmenas y recuerda que "los tres nidos que detectamos el año pasado ya se sacaron". Previa llamada al Seprona, se consiguió la erradicación de aquellos tres focos de propagación de una plaga que "va a ser difícil evitar que se extienda, como ocurrió con el cangrejo americano", apunta Salgado.

Según explica José María Seijo, también miembro de la Agrupación Apícola de Galicia, "estamos hablando de una especie muy invasiva y tremendamente prolífica", algo que confirma Salgado: "Al contrario que ocurre con las abejas, que se reproducen a partir de una sola reina, las avispas que aguantan sin ser eliminadas antes de su eclosión, son todas reproductoras".

Este apicultor de Lobios no se explica "cómo ha podido llegar esta especie hasta aquí sin tocar otros puntos intermedios desde la costa". La posible razón "puede estar en el intenso tráfico de madera y otras mercancías que cruzan este municipio", apunta como posibilidad. Lo que parece claro es que la avispa velutina parece haber venido para quedarse.

Otro de los focos localizados en la provincia está en Castrelo de Miño. Rita Pereiras cuida sus colmenas en esta localidad y certifica que "el año pasado ya encontré cinco o seis ejemplares que tuve que matar", aunque su auténtica preocupación son los ataques de "la avispa crabo -o avispón gallego-, que hay muchísimas; el año pasado me acabaron con seis colmenas". Además, añade que "ahora ya no van a las trampas, tan sólo un uno por ciento se matan así, y hay que acabar con ellas con la raqueta, la de bádminton, que las mata muy bien".

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