El colorido y ritmo de la batalla de las flores protagonizó la jornada de ayer de las fiestas de la ciudad. No obstante, el ambiente festivo no faltó ayer en la ciudad en ningún momento del día y hasta bien entrada la noche.

Batalla de flores, canto a la tradición

Imagen de detalle de una de las carrozas, imitando dos enormes cisnes. Centenares de personas contemplaron la carroza desde la acera. (Foto: FOTOS: XESÚS FARIÑAS)
Es una de las citas clásicas de las fiestas de Ourense, pero la batalla das flores demostró ayer que sigue contando con un público que le guarda fidelidad y que continúa deleitándose con el colorido y la música de este desfile.
Numerosos espectadores -entre ellos muchos niños, acompañados de padres y abuelos- se dieron cita en las calles del centro de la ciudad para seguir el recorrido de las carrozas, decoradas con diversos motivos entre los que predominaban las alusiones a mundos mágicos habitados por hadas y dragones, pasando por la tradición china, hasta llegar a personajes de moda entre los niños, como el televisivo Bob Esponja y sus amigos.

El desfile partió poco después de las ocho de la tarde de As Lagoas, siguiendo su recorrido por las calles Curros Enríquez, Paseo, Jardín del Padre Feijóo y Progreso, para terminar en la rotonda de la estatua de San Rosendo (o Alférez Provisional). Por allí por donde pasaban, las carrozas dejaban su rastro serpentinas y confetis. El desfile se caracterizó por su colorido, pero también por el ritmo que imprimían músicos y bailarines en las comparsas, ataviados con llamativos trajes, invitando a disfrutar a los espectadores. No faltó tampoco el estruendo de los petardos.

El espectáculo hizo las delicias de los asistentes pero los que más disfrutaron fueron, sin duda, los más pequeños. Además, después de las calurosas jornadas anteriores, el público pudo disfrutar del desfile con una temperatura agradable, aunque ligeramente fresca. La lluvia pronosticada prácticamente no hizo acto de presencia, salvo algunas gotas ocasionales.


ANIMACIÓN

Además de la batalla de flores, la última jornada del Derrame Rock -con Rosendo como actuación estelar-, el concierto de Kepa Junkera y José Manuel Budiño y el colectivo Violeta, que interpretó una danza en el centro de la ciudad para reivindicar el feminismo, completaron, junto al mercado medieval, los puntos más concurridos de las fiestas.

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