Las bodas regresan con fuerza y espolean comercio y restauración

La provincia empieza a recuperar el pulso en muchos sectores de la vida cotidiana y uno de los últimos en incorporarase ha sido el de los las bodas. Desde los sectores comerciales constatan una recuperación y los datos avalan que algo se está empezando a mover. En el Concello de Ourense ya no queda un solo sábado libre hasta noviembre para contraer matrimonio. En el Obispado, a 24 de julio de 2020 habían tramitado apenas 25 expedientes. Ahora, ya han tramitado 57. Más del doble y con muchas bodas pendientes, ya que muchos de los tramitados el año pasado acabaron atrasando la ceremonia. Aunque la mejoría es evidente, el panorama todavía dista de las cifras prepandemia. En 2019, eran 115 los expedientes matrimoniales tramitados, casi el doble que ahora, si bien, al haberse pospuesto bastamtes, la cifra, aseguran desde el Obispado, “podería estar cerca da dese ano”. En la vía civil, la tendencia es similar. En el Concello de Ourense, en 2020 hubo 65 bodas. Y este año, entre las celebradas y las reservas, van por 58. “Todos los sábados hasta el 13 de noviembre están ya reservados”. Y cada vez se reservan más fechas entre semana. “A tendencia deste 2021 é reservar entre semana, a xente estalle perdendo medo, porque antes só casaban en fins de semana”,confirman desde el Concello. Solo este jueves hubo una y el viernes, dos. Las cifras todavía estan lejos de 2019, cuando el Concello de Ourense llegó a acoger hata 95 bodas, siendo julio (19) y agosto (14) los meses preferidos para estas celebraciones. Los que lo empiezan a notar Restaurantes, salones de eventos, peluquerías, tiendas de ropa... Los eventos empiezan a mover la economía. En la finca de Casal de Arman apuntan que “la gente vuelve a tener más ganas. Tenemos sobre 40 bodas, el año pasado hicimos tres. Hasta cogimos varias a última hora porque en abril hubo un repunte de animarse los novios”. También en la Finca San Clodio se nota el tirón: “Una media de dos reservas al mes”. En los Jardines Pazo A Fábrica cuentan con 40 eventos para la temporada: “Más del triple que el año pasado, aunque el número de invitados sea más pequeño”. Desde la rectoral de Ansemil apuntan más al 2022 como “el año que será fuerte, pero nos vamos recuperando. Lo que repuntan son las consultas desde hace dos semanas, reservan a última hora bodas por el avance de la vacunación y la mejora sanitaria”. Desde La Cometa de Ícaro, empresa ourensana que se encarga de fotografía de eventos, ven que las parejas “se empezaron a animar mucho más a pedir presupuestos e información desde el día que terminó el estado de alarma. Antes de eso era casi anecdótico que alguien se pusiese en contacto para contratar su boda del 2022”. Salones de belleza Las peluquerías notan un ligero repunte de los eventos. Desde Lito Seoane apuntan al “doble del año pasado, pero el auge y el bum será en 2022”. Jorge Cachaldora, de Cachaldora Seoane, apunta que “sin grandes acontecimientos, pero al menos ya tenemos alguna boda. El año pasado cero”. Paco Gallego, de Gallego Estilismo, añade: “Llevamos cuatro novias este 2021, en 2020 ninguna. Desde que se vacunó la gente, cambió la actitud de las clientas. Se animan más”. “Sí, quiero” tras un año de dudas y con “inmunidad de rebaño” A Adrián Dacal (29 años) y Pilar Díaz (31 años), él fisioterapeuta y ella logopeda, el confinamiento de marzo de 2020 les pilló literalmente eligiendo restaurante para la boda. “No era para 2020, sino que estábamos eligiendo todo para casarnos este 2021 y el propio día que se decretó el estado de alarma habíamos visitado ya un restaurante”, relatan. Desde entonces, han estado sumidos en un “mar de dudas”, han visto cómo de la lista inicial de invitados se fueron cayendo algunas piezas, “unos por trabajo, pero otra gente porque todavía tiene reparo a venir a eventos multitudinarios”. Aunque inicialmente estaban invitadas unas 200 personas, ayer asistieron 140 al esperado “sí, quiero”. Por fin. La pandemia no pudo con ellos. Y lo hicieron con la que es una de las primeras bodas con inmunidad de rebaño. “Al ser del sector sanitario gran parte de nuestros amigos, otros muchos policías o profesores, aparte de la familia, alrededor del 80% de los invitados estaban vacunados”. DUDAS Y PLAN B La dudas del proceso les llevaron también a tener un “plan b”, con una fecha reservada para 2022 que escogieron a principios de este año, por lo que pudiera pasar, pero al final todo salió según lo previsto. Y con buen tiempo, lo cual les permitió además disfrutar de la ceremonia y el banquete al aire libre, contribuyendo así a dotar de más seguridad a los invitados. “No nos planteamos hacer PCR ni nada de eso, encarecería mucho toda la ceremonia”, dice Adrián. LUNA DE MIEL EN COSTA RICA Ahora esta pareja, que cristaliza su amor forjado durante los últimos cinco años, hace las maletas para irse de luna de miel a Costa Rica y, por lo menos, dejar atrás este año de dudas, inseguridades e incertidumbre. Nada pudo con ellos y, además, se llevan el mérito de tener una de las primeras grandes bodas con casi “inmunidad de grupo”.