Cansados, doloridos, pero felices. Así llegan al albergue de Cea peregrinos procedentes de todo el mundo. La mayoría repite el Camino, aunque no es capaz de explicar los motivos de por qué lo hace.

El Camino a Santiago crea adicción

El Camino engancha, aunque los adictos no saben explicar con exactitud los motivos.
Se lo piensan unos breves momentos, como si nunca hubiesen reflexionado al respecto, y contestan con los tópicos de siempre: que si Galicia tiene unos paisajes maravillosos y que sus gentes son muy amables, la gastronomía es estupenda y sus recursos históricos y artísticos, asombrosos. Son las justificaciones de muchos peregrinos para soportar las inclemencias del tiempo a veces extremas, los pies doloridos que pasean descalzos y quejumbrosos cuando llegan al albergue al final de una dura etapa; incluso para soportar los tramos más difíciles, con instalaciones poco apropiadas para pernoctar, en las que la falta de higiene es lo que más molesta, según reconocían durante su breve estancia en San Cristovo de Cea, siguiendo la Ruta de la Plata (Camino Mozárabe en Ourense).

La primavera se nota en la localidad del pan de Cea, que recibe a lo largo del año a cientos de peregrinos, pero que con la proximidad del verano su número aumenta considerablemente. A cualquier hora se puede ver a los adictos del Camino comprando en las tiendas, comiendo o lavando la ropa en el albergue o emprendiendo nuevamente la marcha con destino a Santiago.

El encargado del albergue, Orlando Torres, afirma que 'agora hai máis estranxeiros, en agosto os españois aproveitan as vacacións'. Aún así, entre ingleses, irlandeses, japoneses y colombianos, acababa de llegar un ourensano. Pedro Baliñas realiza el Camino por cuarta vez. Empezó para cumplir una promesa debido a un intenso dolor de espalda. Ahora, cada dos años repite la experiencia siguiendo las distintas rutas. En esta ocasión, empezó caminando en Sevilla y tuvo que vencer algunas dificultades, porque 'los ríos tienen más caudal por causa de las lluvias y en una ocasión me daba el agua por la cintura; y otro día tuve que dar un rodeo de seis kilómetros'.

Teresa Cordero y Roberto Báez, de Canarias, hacen el recorrido en bicicleta y manifestaban que 'ya hemos hecho el Camino Francés y repetimos ahora con el de la Plata, aunque no sé el por qué, sólo que nos hacía falta'. Ellos, al igual que otros peregrinos, lamentan el mal estado de algunos tramos de esta ruta, así como las malas condiciones de ciertos hospedajes que, además, creen que cobran demasiado, aunque puntualizaron que todas estas deficiencias las sufrieron en otras comunidades autónomas, porque en Galicia 'todo está muy bien, incluido el de Cea'.

Desde Inglaterra, una pareja de intelectuales repite por segundo año. Pese a su indumentaria deportiva, son selectos a la hora de dormir, porque 'no podemos hacerlo en dormitorios comunes, así que siempre buscamos habitación', puntualizaron. Una enfermedad coronaria de Peter Cummings les motivó la primera vez; ahora siguen, 'no por motivos religiosos, porque es bueno andar y conocer España', declaró.

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