Un motivo para quitarse el pijama, arreglarse y ponerse guapos. Eso es lo que se encontraron algunos ourensanos para disfrutar de las terrazas de los bares que se desplegaron en la ciudad. Y lo que es mejor, compartirlo todo con amigos. El tiempo acompañó en este lunes para que esa caña, refresco o café que quedó pendiente hace dos meses, no quedase guardado.
La Praza Maior de la ciudad, sitio por excelencia para los momentos de reunión de los ourensanos, los acogió en un momento esperado. El de los reencuentros. En familia o con amigos, la ocasión lo ameritaba. "Nos reencontramos después de estar dos meses sin vernos, más o menos", cuenta Jose García, que aprovechó la tarde de ayer para estar con sus amigos y tomar algo. Pese a no verse, la comunicación con sus amigos no faltó en estas semanas: "Manteníamos el contacto por WhatsApp y con alguna llamada", afirma.
No dejaron pasar esta oportunidad: "No se puede esperar, porque esto va a cerrar otra vez y así por lo menos quedamos". Las perspectivas no son muy halagüeñas en su grupo, por lo que prefieren disfrutar de la compañía mientras puedan.
Otro reencuentro fue el de Antía Martínez y Carmen Álvarez con su pandilla de amigos: "Non estábamos xuntos dende o principio", cuenta Martínez, aunque luego desvela su secreto mejor guardado. En uno de los paseos permitidos la pasada semana se encontró con alguno de ellos "Vímonos ao saír a pasear", recuerda.
Esta oportunidad no la podían dejar escapar, juntaron a otros cuatro amigos y se reunieron en la Praza Maior para tomar esas cañas tan esperadas: "Tiña que ser xa, porque logo volvemos a fase cero", afirma Álvarez, que contempla la posibilidad de que la situación no mejore. Su filosofía de vida, el carpe diem.
Lucas Carrasco, Xurxo Morgade y Cristian Cid se reunieron en torno a una mesa para verse de nuevo. Carrasco llevaba sin verlos "cuatro meses", mientras que Morgade y Cid ya se vieron la pasada semana: "Le corté el pelo hace poco, entonces ya lo había visto", recuerda el primero.
Esta quedada no pudo posponerse, por cuestiones de horario. "Hoy -por ayer- libro y mañana -por hoy- trabajo", señala Morgade. Por otro lado, Cid es bastante claro con el por qué de no esperar: "Tenía muchas ganas de verlos".
Quedadas a medias
Sabela Armesto volvió a ver a parte de sus amigas, con las que no quedaba desde la semana antes del inicio del confinamiento: "Tengo ganas de verlas a todas", expresa. Pero este reencuentro fue parcial, ya que dos de las chicas de su pandilla prefirieron quedarse en caso por ser personas de riesgo o convivir con una. Al resto, nada las detuvo. "Una de ellas regresó del pueblo, donde pasó la cuarentena, y quedamos en vernos", explica Armesto sobre cómo surgió el plan. En su caso cambiaron la terraza por la casa de una de ellas, pero el espíritu del reencuentro es el mismo.
