El colapso diario en el enlace de la autovía obliga a reabrir al tráfico el Puente Romano

El caos de circulación provocado en el entorno del acceso centro ha obligado al Concello a buscar alternativas que garanticen un tráfico fluido. Por ello, ha optado por volver a abrir hoy al tráfico rodado el Puente Romano, aunque en dirección al barrio de A Ponte. Cree que así facilitará la comunicación entre el enlace y la parte norte de la ciudad. Los peatones que se trasladen de uno a otro lado del río deberán hacerlo por la pasarela que termina en el centro comercial.
El Puente Romano, que se había librado de los vehículos desde el año 1998, volverá ser utilizado como carril de circulación de coches, aunque ahora en dirección a la avenida de As Caldas. Es la medida principal adoptada ante el caos de tráfico que se produce cada día en horas punta en el entorno del acceso centro.

Con el informe de la Policía Local en la mano, que alerta de que la rotonda del enlace de la autovía está al límite de su capacidad, se ha considerado que la apertura del Puente Viejo al tráfico rodado es la mejor opción para comunicar el enlace con la parte norte de la ciudad. De este modo, los vehículos que acceden a la glorieta donde acaba el acceso centro, en las inmediaciones de la avenida de la Ribeira Sacra, deberán seguir este vial de trazado semicircular para incorporarse a la calle Remedios, acceder a las inmediaciones del Pabellón y girar a la izquierda hacia el Puente, para llegar a la avenida de As Caldas y el barrio de A Ponte. Si pretenden llegar al centro de la ciudad, el itinerario será el actual, dirección Progreso.

DesEl Concello apuró ayer la instalación de la señalización vertical que informa a los conductores, por lo que hoy podrá utilizarse ya la calzada de este bien de interés cultural para circular hacia As Caldas.

Pero la medida de utilizar el Puente Romano para tráfico de vehículos -cuando se había peatonalizado precisamente para mantener en perfecto estado de conservación este monumento nacional- obliga a buscar una alternativa a los transeúntes que cruzan diariamente el río Miño, que deberán hacerlo por la pasarela construida por la Confederación Hidrográfica y que comunica la calle General Aranda (futura Ribeira de Canedo) con el centro comercial Pontevella.

Con todo, el empleo de esta fórmula puede no ser el único. Si tras unos meses de prueba, el tráfico se mantiene colapsado en horas punta, podría abordarse una posibilidad más drástica, que pasaría, según fuentes municipales, por reducir o hasta trasladar la piscina acristalada del Pabellón de Os Remedios, con objeto de construir una nueva glorieta o incluso habilitar un carril más de circulación. Ello obligaría, claro, a buscar una nueva ubicación a la piscina, aunque esta posibilidad está sin decidir.

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