José Manuel Díaz Iglesias, de 43 años, volvió por segundo día consecutivo a comparecer en la sala de vistas del Juzgado de lo Penal 2 para ser juzgado.
Esta vez también evitó el juicio al reconocer los hechos, lo que la valió una rebaja de la pena con respecto a la reclamada inicialmente por el ministerio fiscal. Este exvoluntario de Cruz Roja, que fue expulsado cuando se destaparon sus ilícitas actuaciones, aceptó siete meses de prisión, que serán sustituidos por otros tantos meses de trabajos en beneficio de la comunidad por un delito de estafa. Actualmente está en prisión por un robo con violencia, en el que la víctima fue una anciana, por el que fue juzgado el miércoles y que le valdrá tres años y medio de cárcel.
Los hechos a los que sumó la nueva pena ocurrieron en noviembre de 2012 cuando se alojó durante dos semanas en el céntrico hotel Princess con cargo a Cruz Roja. Aseguró al registrarse que, como voluntario que era de la entidad benéfica, ésta se haría cargo de la factura. El hospedaje gratuito en el hotel concluyó cuando el gerente del establecimiento llamó a Cruz Roja, cuyos responsables indicaron que no se harían cargo de la factura y que el acusado no estaba autorizado para esos ofrecimientos. El inculpado aseguró entonces que abonaría él la factura, que ascendía hasta ese momento a 809 euros, pero antes debía a ir a por dinero al cajero, algo que no hizo. Con anterioridad, el encausado había repetido la misma mecánica pero en el hotel Francisco II de la ciudad, en donde sólo pernoctó una noche.
La fiscal reclamaba inicialmente por el delito de estafa dos años de cárcel, además del pago de los 868,78 euros que dejó de abonar en los días que estuvo alojado.
Los hechos más graves por los que fue juzgado estos días ocurrieron el 4 de septiembre de 2013 cuando atracó a un vecina de la ciudad de 83 años usuaria de la teleasistencia de Cruz Roja en su propio domicilio.
Los hechos a los que sumó la nueva pena ocurrieron en noviembre de 2012 cuando se alojó durante dos semanas en el céntrico hotel Princess con cargo a Cruz Roja. Aseguró al registrarse que, como voluntario que era de la entidad benéfica, ésta se haría cargo de la factura. El hospedaje gratuito en el hotel concluyó cuando el gerente del establecimiento llamó a Cruz Roja, cuyos responsables indicaron que no se harían cargo de la factura y que el acusado no estaba autorizado para esos ofrecimientos. El inculpado aseguró entonces que abonaría él la factura, que ascendía hasta ese momento a 809 euros, pero antes debía a ir a por dinero al cajero, algo que no hizo. Con anterioridad, el encausado había repetido la misma mecánica pero en el hotel Francisco II de la ciudad, en donde sólo pernoctó una noche.
La fiscal reclamaba inicialmente por el delito de estafa dos años de cárcel, además del pago de los 868,78 euros que dejó de abonar en los días que estuvo alojado.
Los hechos más graves por los que fue juzgado estos días ocurrieron el 4 de septiembre de 2013 cuando atracó a un vecina de la ciudad de 83 años usuaria de la teleasistencia de Cruz Roja en su propio domicilio.
