Formación, prácticas, colaboración con entidades sociales, charlas, talleres.. El Centro de hostelería de Ourense trabaja para dinamizar el sector.
Muchas actividades y muy diversas. ¿Cuál es el eje motriz del centro?
Cuando la Federación provincial de empresarios de hostelería y turismo de Ourense tuvo la iniciativa de poner en marcha el centro se buscó activar el sector en la provincia, con especial incidencia en la ciudad. Queríamos que fuera un lugar donde pudieran ir los empresarios y los trabajadores y que fuera un espacio abierto a la ciudad, por lo que hace tres años abrimos el campo a la colaboración con las instituciones sociales. Además había una necesidad de formación de personal profesional cualificado que tratamos de solventar.
Esto implica ir más allá de la formación.
Teníamos muy claro que el centro no podía cerrarse sólo a la formación, había que desarrollar también charlas, talleres, mesas de debate, conferencias, por esa necesidad de formar al autónomo y sectores añadidos a la hostelería, como los enólogos, consejos reguladores, temas de nutrición, seguridad alimentaria... Es muy importante que los trabajadores y empresarios del sector actualicen sus conocimientos. La hostelería es muy amplia y conlleva muchas especializaciones que queremos abarcar con la formación continua. Pero también trabajamos en la inserción laboral.
¿Es un sector con futuro?
Estamos en una época de crisis de la que, como en todo, se saca algo positivo. El sector y el cliente van a ser más exigentes y se va a requerir más gente cualificada profesionalmente. La gente preparada y formada va a tener mucho futuro en hostelería y turismo. Ser camarero no es cualquiera, necesita una preparación muy fuerte: saber atender al cliente, servirlo, entender de vinos, de cafés...
¿Cómo está la demanda en Ourense?
Bajó como en todos lados. Aun así, en formación profesional ocupacional tuvimos un curso de cocina con 12 alumnos de los que ocho ya están trabajando. Nosotros tenemos convenios con 90 empresas del sector de la provincia, donde todos nuestros cursos tienen prácticas y ese es un buen comienzo. Los empresarios que han acogido a alumnos este año nos han felicitado por el nivel de formación, aunque también tener ganas de trabajar es importante.
La preocupación por la calidad se lleva al propio centro.
Este año, la federación ha invertido en el centro mucho dinero para adaptarlo a las nuevas certificaciones profesionales, equipándolo con nuevas cocinas, maquinaria y medios. Igual que decimos que la gente debe formarse para estar preparada nosotros como centro también tenemos que estar evolucionando. Fuimos el primer centro privado que se adaptó a las nuevas certificaciones nacionales.
¿Como centro dinamizador de la hostelería de la provincia recibe muchos apoyos?
Tenemos un gran respaldo de instituciones municipales, provinciales y autonómicas y de distintas entidades, pero es una pena que habiendo en Ourense una Dirección xeral de Turismo y una concejalía no cuenten con nosotros y no aprovechen lo que tienen. Nos llaman para eventos en Santiago, en Alemania, en México, pero en Ourense casi no nos tienen en cuenta.
Cuando la Federación provincial de empresarios de hostelería y turismo de Ourense tuvo la iniciativa de poner en marcha el centro se buscó activar el sector en la provincia, con especial incidencia en la ciudad. Queríamos que fuera un lugar donde pudieran ir los empresarios y los trabajadores y que fuera un espacio abierto a la ciudad, por lo que hace tres años abrimos el campo a la colaboración con las instituciones sociales. Además había una necesidad de formación de personal profesional cualificado que tratamos de solventar.
Esto implica ir más allá de la formación.
Teníamos muy claro que el centro no podía cerrarse sólo a la formación, había que desarrollar también charlas, talleres, mesas de debate, conferencias, por esa necesidad de formar al autónomo y sectores añadidos a la hostelería, como los enólogos, consejos reguladores, temas de nutrición, seguridad alimentaria... Es muy importante que los trabajadores y empresarios del sector actualicen sus conocimientos. La hostelería es muy amplia y conlleva muchas especializaciones que queremos abarcar con la formación continua. Pero también trabajamos en la inserción laboral.
¿Es un sector con futuro?
Estamos en una época de crisis de la que, como en todo, se saca algo positivo. El sector y el cliente van a ser más exigentes y se va a requerir más gente cualificada profesionalmente. La gente preparada y formada va a tener mucho futuro en hostelería y turismo. Ser camarero no es cualquiera, necesita una preparación muy fuerte: saber atender al cliente, servirlo, entender de vinos, de cafés...
¿Cómo está la demanda en Ourense?
Bajó como en todos lados. Aun así, en formación profesional ocupacional tuvimos un curso de cocina con 12 alumnos de los que ocho ya están trabajando. Nosotros tenemos convenios con 90 empresas del sector de la provincia, donde todos nuestros cursos tienen prácticas y ese es un buen comienzo. Los empresarios que han acogido a alumnos este año nos han felicitado por el nivel de formación, aunque también tener ganas de trabajar es importante.
La preocupación por la calidad se lleva al propio centro.
Este año, la federación ha invertido en el centro mucho dinero para adaptarlo a las nuevas certificaciones profesionales, equipándolo con nuevas cocinas, maquinaria y medios. Igual que decimos que la gente debe formarse para estar preparada nosotros como centro también tenemos que estar evolucionando. Fuimos el primer centro privado que se adaptó a las nuevas certificaciones nacionales.
¿Como centro dinamizador de la hostelería de la provincia recibe muchos apoyos?
Tenemos un gran respaldo de instituciones municipales, provinciales y autonómicas y de distintas entidades, pero es una pena que habiendo en Ourense una Dirección xeral de Turismo y una concejalía no cuenten con nosotros y no aprovechen lo que tienen. Nos llaman para eventos en Santiago, en Alemania, en México, pero en Ourense casi no nos tienen en cuenta.
