El desbordamiento del Búbal provocó la muerte de 26 animales que dormían en un establo en Vilaza. En Lobios, reparan el antiguo pabellón

La crecida de los ríos inunda casas y fincas por toda la provincia

Los sucesivos días de temporal de lluvia y nieve han causado estragos en distintos puntos de la provincia, dañando paseos fluviales, bajos de viviendas y negocios.
Así, 26 animales -entre ellos ovejas, carneros y algún conejo- murieron ahogados al desbordarse el río Búbal en la Alameda de Vilaza (Monterrei). Los bomberos de Verín acudieron de inmediato al lugar al ser requeridos por el granjero y lograron aún salvar 12 gallinas y otros tantos conejos. El agua también inundó dos bajos, un bar y el colegio de la localidad, cuya directora, Teresa Santamaría, se vio obligada a colocar una valla de hierro a modo de compuerta para impedir que la riada causara aún más daños. La valla permitió que no fueran suspendidas las clases. 'O río está moi crecido, pero de momento no supón ningún perigo para o alumnado', apuntaba la directora.

Los desbordamientos del río Búbal en Vilaza son constantes durante el invierno. El alcalde de Monterrei, José Luis Suárez Conde, culpa de la sitación a un muro de contención que construyó la Confederación Hidrográfica del Duero, 'porque frena o caudal o a auga sae hacia a Alameda', añadió el regidor, lamentando la falta de limpieza de maleza.

Mientras, el Támega discurre anegando fincas y huertos de las localidades de Mourazos, Oímbra, Tamágos, Tamaguelos y Rabal.

En la comarca de A Limia, el agua acumulada revive la antigua laguna de Antela, lo que provoca que los agricultores no puedan acceder a sus parcelas, dificultando la entrada a explotaciones ganaderas y naves agrícolas.

En Ribadavia, estuvieron durante la noche y el día de ayer en prealerta, con varios tramos de los paseos fluviales del Avia y del Miño cortados a causa del desbordamiento de los cauces. Las zonas más afectadas fueron el área recreativa de A Veronza y el paseo de Francelos.

En Carballiño fue necesario cerrar un tramo de la carretera de A Granxa a Lamas por inundaciones en la zona de desembocadura del Marañao en el Arenteiro. Se cerró el pasado martes a las 22,00 horas, quedando despejada en la mañana de ayer. La brigada de emergencias también retiró un árbol de la carretera de Costoia y limpió la avenida del Arenteiro, que se inunda siempre con las lluvias al igual que el túnel del ferrocarril en la calle Serra Martiñá.

El río Arnoia se metió de lleno, por quinta vez en lo que va de invierno, en los bajos del balneario de Baños de Molgas, que tras un parón de dos meses vuelve a abrir al público mañana, y el hotel Anxuiña.

En la Baixa Limia, los técnicos del Concello de Lobios evaluaban ayer los daños causados por el temporal y que provocaron la caída de uno de los muros del antiguo pabellón municipal, que en la actualidad se utiliza como garaje de vehículos. Efectivos del GES de Lobios vaciaron ayer la nave y acordonaron la zona ante la llegada de un nuevo temporal, tarea que compaginaron con la retirada de árboles caídos en varios puntos de la red viaria.

La lluvia y la nieve derretida de la montaña provocó un nuevo desbordamiento de río Caldo, anegando la zona de paseo y el área termal de Lobios.

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