El curso escolar comienza en Ourense con el número de alumnos más bajo del siglo

Dos alumnas del Luis Vives sonríen ayer antes de la entrada a clase en el primer día de curso.  MARTIÑO PINAL
photo_camera Dos alumnas del Luis Vives sonríen ayer antes de la entrada a clase en el primer día de curso. MARTIÑO PINAL
Cinco municipios de la provincia concentran al 64% de los alumnos de Educación Infantil, una proporción que augura difícil supervivencia a las escuelas de los entornos más rurales

Un total de 29.710 alumnos ourensanos de Infantil, Primaria, ESO y Bachillerato comenzaron ayer un nuevo curso escolar en la provincia, la cifra más baja de toda la historia, fruto del evidente declive demográfico y la escasa natalidad, que deja a cinco colegios en la cuerda floja, al borde del límite de seis alumnos que la Xunta de Galicia establece como baremo para mantener los colegios abiertos. Cinco concellos -la ciudad y las principales villas- aglutinan ya al 64% de todos los alumnos de Educación Infantil (2.979 de los 4.661 matriculados) y al 73% del conjunto de alumnado, en este caso, una cifra más razonable al carecer hasta 53 concellos de institutos.

 Solo la ciudad, con 15.200 alumnos, aglutina más de la mitad de todos los escolares de la provincia y casi un 46% de todos los matriculados en Infantil. Al sumarle las villas de O Barco, Verín, Carballiño y Xinzo de Limia se disparan las cifras. 

En el lado contrario, hay cinco concellos que mantienen sus colegios abiertos al límite. Se trata de Taboadela, Vilariño de Conso, Punxín y Beariz, todos ellos con 11 o menos alumnos, bordeando el umbral de seis que impone la Consellería de Educacion, Cultura, Universidades e FP para mantener un centro educativo en funcionamiento.

En el caso de Taboadela, han empezado el curso con ocho matriculados en su escuela infantil, consolidándose un año más como el centro con menos número de alumnos de la provincia. Sobrevive de momento con un margen de tres alumnos para un hipotético cierre. En Vilariño de Conso, Punxín y Beariz empezaron el curso con 10 estudiantes, en Beariz con un solo niño en la etapa de Infantil. En O Bolo, aguantan el tipo con 11 matriculados. Ya por delante, con más margen, están en el top ten de concellos con menos matriculados A Veiga, Muíños y Entrimo. 

La inercia no es positiva. Como ejemplos, en el último curso prepandemia (2018/2019), en Punxín empezaron con 13 estudiantes (ahora tienen 10), y en Beariz con 15 (5 más que ahora). 

El relevo generacional es uno de los principales problemas. En siete municipios, tienen menos de seis alumnos en Infantil, lo que a largo plazo podría suponer un problema para alcanzar la cuota de seis niños que se exigen para mantener un centro abierto. Baños de Molgas (5), Vilardevós (5), Punxín (5), Arnoia (4), Vilar de Barrio (4), O Bolo (2) y Beariz (1) bajan de ese límite. En todo caso, en Vilardevós, Baños de Molgas, Arnoia o Vilar de Barrio, con más de una veintena de alumnos en Primaria, tienen todavía músculo suficiente para aguantar al pie del cañón. 

La provincia perdió 9 aulas y 11 puestos de profesores, advirtió ayer CCOO. Ya no es un problema del rural y llega ya a Allariz, Barbadás o Carballiño y a la ciudad. El colegio Irmáns Villar pierde dos profesores y el de A Ponte dos maestros y un aula. CCOO lamenta que solo se reduzcan en la pública y no en la concertada: “O descenso demográfico non pode ser unha escusa só na pública”. Advierten con movilizaciones si no hay negociaciones con el profesorado.

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