El juicio contra Benigno Moure y Alejo Calatayud quedó ayer visto para sentencia. La fiscal mantuvo su petición de 14 años de prisión para el responsable de la Fundación San Rosendo -no acusa al notarioy las defensas, la absolución. Mientras que la Fiscalía sostiene que Moure, como representante de la Fundación, se aprovechó de la situación mental de María para conseguir sus bienes, la defensa argumentó, entre otras cuestiones, que no está probado que tuviera conocimiento de la incapacidad.
María Vázquez Covela, la mujer cuyo patrimonio pasó a la Fundación San Rosendo, sufría una demencia que afectaba a su persona y a su voluntad, teniendo su capacidad de entendimiento muy deteriorada. Así lo aseguraron ayer los forenses que declararon en el juicio que se siguió en la Audiencia contra el presidente de la Fundación San Rosendo, Benigno Moure, y el notario Alejo Calatayud. La forense realizó su informe en mayo de 2000, basándose en uno previo en el que el médico de Os Gozos ya apuntaba una demencia incipiente. Según ella, una persona con una formación media se daría cuenta del estado en el que se encontraba la anciana.
Precisamente, la capacidad volitiva de la mujer centró buena parte de los argumentos finales de las acusaciones y las defensas, en el caso de éstas últimas orientado no tanto a contradecir esa demencia sino a que los acusados tuvieran constancia de ella. No existe dato alguno de que Benigno Moure tuviera conocimiento de esa incapacidad, afirmó la defensa de Moure, señalando que ninguna persona percibió esa situación, en relación a los empleados de la residencia, los médicos que firmaron como testigos en algunos de los documentos o los propios empleados del banco donde la mujer tenía depositados sus ahorros.
No en vano, las acusaciones basan sus argumentos en que Moure se aprovechó de la situación mental de María para conseguir sus bienes patrimoniales, indicó la fiscal. Insistió en que no discutimos la labor asistencial de la Fundación pero sí el manejo de los bienes y se aclaró que no acusamos a Benigno Moure por su intervención directa y personal. Hay puntos en los que interviene y otros en los que no. En todo, él es el responsable de la Fundación. La fiscal desgranó las diferentes operaciones bancarias y de compraventa que, según ella, hicieron que un patrimonio de más de 573.000 euros pasase a que cuando fallece María era de todo punto insolvente, carecía de cualquier bien.
Por su parte, la acusación particular rebajó la petición de condena, de 40 a 36 años de prisión para Moure y de 14 a 12 para Calatayud, a quien no acusa la fiscal. El letrado, que representa al sobrino de la mujer, aclaró que no decimos que el notario se hubiera llevado dinero ni lucrado. Por ello, ofreció una pena alternativa de multa en caso de que no se aprecie mala fe, sino imprudencia grave.
Precisamente, la capacidad volitiva de la mujer centró buena parte de los argumentos finales de las acusaciones y las defensas, en el caso de éstas últimas orientado no tanto a contradecir esa demencia sino a que los acusados tuvieran constancia de ella. No existe dato alguno de que Benigno Moure tuviera conocimiento de esa incapacidad, afirmó la defensa de Moure, señalando que ninguna persona percibió esa situación, en relación a los empleados de la residencia, los médicos que firmaron como testigos en algunos de los documentos o los propios empleados del banco donde la mujer tenía depositados sus ahorros.
No en vano, las acusaciones basan sus argumentos en que Moure se aprovechó de la situación mental de María para conseguir sus bienes patrimoniales, indicó la fiscal. Insistió en que no discutimos la labor asistencial de la Fundación pero sí el manejo de los bienes y se aclaró que no acusamos a Benigno Moure por su intervención directa y personal. Hay puntos en los que interviene y otros en los que no. En todo, él es el responsable de la Fundación. La fiscal desgranó las diferentes operaciones bancarias y de compraventa que, según ella, hicieron que un patrimonio de más de 573.000 euros pasase a que cuando fallece María era de todo punto insolvente, carecía de cualquier bien.
Por su parte, la acusación particular rebajó la petición de condena, de 40 a 36 años de prisión para Moure y de 14 a 12 para Calatayud, a quien no acusa la fiscal. El letrado, que representa al sobrino de la mujer, aclaró que no decimos que el notario se hubiera llevado dinero ni lucrado. Por ello, ofreció una pena alternativa de multa en caso de que no se aprecie mala fe, sino imprudencia grave.
