Los detenidos, entre los que también hay receptadores, obtuvieron 1,8 millones de beneficios

Desarticulada una banda que robó estancos en la provincia

Parte del material recuperado en los 16 registros realizados en Madrid, Valladolid y Guadalajara. (Foto: MARTIÑO PINAL)
La Policía Nacional detuvo a 24 personas pertenecientes a una banda especializada en el robo de tabaco y su inmediata introducción en el mercado negro. Los detenidos, en Madrid y Valladolid, asaltaban estancos de zonas rurales, trasladaban el botín hasta la capital y lo vendían a reponedores de máquinas de tabaco y otros comerciantes. Entre los asaltos perpetrados figuran varios en la provincia de Ourense, si bien la policía no quiso precisar dónde se cometieron.
A los arrestados se les imputan 25 robos cometidos en 13 provincias, entre ellos también el de una joyería en Pozoblanco (Córdoba) de la que sustrajeron 300.000 euros en joyas. Entre los detenidos, 14 son integrantes de la organización y 10 receptadores que derivaban el tabaco a su venta al público

Desde que comenzaron a actuar y hasta su arresto se estima que habrían obtenido unos beneficios de 1,8 millones de euros, lo que representaría unos 200.000 euros al mes. La investigación se inició en julio de 2011 a raíz de informaciones obtenidas por los agentes acerca de este grupo organizado. Sus objetivos principales eran estancos ubicados en pequeñas poblaciones en zonas rurales, aunque en ocasiones también se decantaban por joyerías, supermercados o salones recreativos.

La estructura del grupo se dividía en subgrupos o células compuestas por cuatro o cinco personas. Cada célula actuaba por separado, pero siempre coordinadamente para conseguir la mayor efectividad posible a la hora de cometer los robos con fuerza. Durante la misma madrugada, la banda llegó a cometer hasta tres robos con fuerza en diferentes provincias y, apenas unas horas después, lo robado estaba ya en Madrid y en manos de los distribuidores.

El centro neurálgico de las actividades delictivas de este grupo era un trastero situado en la localidad madrileña de Torrejón de Ardoz, donde se dirigían todas las células tras consumar sus fechorías. En este punto, los cartones de tabaco pasaban de inmediato a los encargados de ponerlos en circulación. De esta manera, el grupo cometía los robos y transformaba el botín en dinero en efectivo en cuestión de horas.

Los agentes recuperaron objetos provenientes de los robos: cartones de tabaco, valorados en más de 165.000 euros, o piezas de oro y relojes procedentes de una joyería de Córdoba.

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