ENTREVISTA A...

“Hay una deuda con los emigrantes y también con la propia memoria"

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Lucía Álvarez es una de esas actrices ourensanas que decidió que tenía que salir fuera de su tierra para probar en el complicado mundo de la interpretación. Y no le ha ido nada mal: teatro, televisión y cine no han faltado en su ya dilatada trayectoria.

Ahora se enfrenta a su último reto: la obra de teatro "Viaxe de vida", en la que trabaja junto al también ourensano Xoel Yáñez, un proyecto poético sobre la emigración, hecho en pequeño formato para que pueda llegar a todos los rincones, y que será presentad en el Festival de Riós el próximo 14 de agosto.

¿Qué desea contar en este viaje?

Es un proyecto teatral sobre la emigración de nuestros abuelos. De cómo se fueron intentando mejorar,  no sólo su vida sino también la de sus descendientes, y de cómo ahora, después de muchos años, los nietos tenemos que volver a emigrar. Es reivindicar lo que ellos hicieron. Creen que no lo consiguieron porque ven que nos tenemos que volver a ir, pero en realidad ellos fueron nuestros referentes y nuestra fuerza, porque se fueron en peores condiciones. Se trata de cerrar el círculo y darles a ellos el lugar que merecen.

¿Cómo surge la idea?

Yo soy de una aldea muy pequeña, y ví como se empezaba a ir la gente. Me acordaba de las cosas que me contaba mi abuelo, de cuando ellos se iban. Hablando con Xoel Yáñez, que también compartía conmigo la vivencia de la emigración en su familia, y viendo que nos volvíamos a ir todos, comenzamos a leer poemas del siglo XVIII o XIX, de Rosalía de Castro o Curros Enríquez. Ahí vimos que los sentimientos que tenían eran extrapolables a lo que sentíamos nosotros. Decidimos dramatizar esos poemas, contar la historia a través de esas palabras. 

¿Por qué usar la poesía?

Contamos también las historias, pero pienso que hay una parte de Rosalía de Castro que es muy conocida y reivindicada, pero, por otro lado, hay muchos poemas que no han salido a la luz y que nos parecía que merecían la pena. También queremos contar el tema del matriarcado, cuando ellos se iban, y a la familia la sostenía la mujer. Nos parecía que los poemas lo englobaban todo. Además, también nos gustaría que la gente comenzara a acercarse a la poesía, que la disfrutara.

¿Descubrió usted algo nuevo sobre la emigración preparando este trabajo?

Era algo que me ha preocupado mucho desde siempre. Soy nieta y bisnieta de afiladores y mi madre emigró con mis abuelos a Argentina, así que es algo que he vivido muy de cerca. Creo que es una historia que se necesita contar, porque no está tan contada, sólo a grandes rasgos. Somos lo que fueron y serán lo que somos. Si olvidamos esa parte de nuestro pasado, no podemos avanzar. Me he encontrado a mucha gente como con vergüenza de decir, por ejemplo, que es del rural, y eso no es nada malo, al contrario, sabemos otras muchas cosas que debemos aprovechar.

¿Había una deuda?

Este es un tema que habíamos vivido los dos y teníamos muy claro por dónde queríamos tirar. Además, hablamos con personas que habían tenido esta vivencia. Nosotros tenemos muy claro que había una deuda con los emigrantes, pero que también la hay con la memoria. Y hay un sentimiento de vergüenza que no nos corresponde, una vergüenza de haber sido pobres y haber salido, y eso hay que reivindicarlo y transformarlo en un valor. 

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