Los sindicatos discrepan sobre el seguimiento en la pizarra valdeorresa

'Como un domingo', en la mayoría de localidades

Miembros de CC.OO. con megáfono y banderas en O Barco. (Foto: J.C.)
La jornada de huelga general se desarrolló sin incidentes destacados en la provincia.
En Valdeorras, uno de los termómetros más importantes para medir el nivel de movilización en Ourense debido a su industria pizarrera, las estimaciones variaban considerablemente según los sindicatos. Mientras los responsables comarcales de CC.OO. y CIG (Luis Alba y Adriano Brito, respectivamente) calculaban que había alcanzadoen torno al 60 %, su homólogo en UGT, José Paradelo, no dudaba en afirmar que tuvo 'poco' seguimiento. Los responsables de las tres centrales sindicales sí coincidieron en resaltar la ausencia prácticamente total del sector del comercio en la protesta.

En la empresa Autoneum (antigua Rieter), el paro fue secundando por el 60 % de los 130 trabajadores de la plantilla, según el comité de empresa. A su vez, en el Concello de O Barco, se sumaron a la protesta 15 de sus 90 trabajadores, en tanto que la dirección del Hospital comarcal Valdeorras, cuantificaba en un 31 % las ausencias atribuidas a la huelga, un dato que la CIG elevaba a casi el 60 %, rebajándolo hasta el 40 % UGT.

El secretario comarcal de CC.OO., Luis Alba, calificó de 'irregular' la incidencia de la huelga en la comarca, en tanto que José Paradelo, responsable de UGT, echó en falta 'que los comerciantes se sumasen a la concentración. Si no hay consumo el comercio baja'. A su vez, el portavoz de la CIG, Adriano Brito, tras asegurar que 'moitas pizarreiras traballaron cunha plantilla mínima', se quejó de que 'o comercio está aberto. As cifras non son moi boas'.

El alcalde socialista de O Barco, Alfredo García, que también se sumó a la concentración convocada por los sindicatos, apuntó que el seguimiento fue 'superior a la anterior huelga'.

La jornada de huelga pasó prácticamente desapercibida en los concellos de la Baixa Limia y Terras de Celanova, donde la gran mayoría de comercios abrieron sus puertas de forma habitual. En Allariz, la sensación a pie de calle fue la de un domingo cualquiera. Aunque había bares abiertos, la gran mayoría del sector comercial, al igual que un nutrido grupo de empresas en el parque empresarial de Chorente, decidió echar el cierre de víspera. Una situación que se repitió en las instalaciones municipales, donde solo permanecieron abiertas las oficinas del registro. 'O respaldo foi importante e hubo unha afluencia de alaricanos destacada na manifestación de Ourense', aseguraba el regidor de Allariz, Francisco García.

No se notó prácticamente la huelga en el comercio y la hostelería de Carballiño, aunque sí en el Casino, donde un grupo de mujeres protestó en la entrada al encontrárselo cerrado cuando tenían una actividad programada. En el centro de salud, de 30 trabajadores, ocho se pusieron en huelga, y en el Instituto número 1, de 44 profesores, 23 parados y el 70% del alumnado no asistió a clase.

En el Instituto Chamoso Lamas, de 62 profesores, 17 secundaron la huelga y de 330 alumnos, lo hicieron 260. En Primaria, de 555 alumnos, faltaron 200 y más del 90% del profesorado asistió a clases. En cuanto al transporte escolar, estuvo cubierto al 100%.

En cuanto a los juzgados, en el número uno, trabajaron todos y en el número dos, hubo servicios mínimos.

En Ribadavia, el efecto de la jornada de huelga fue especialmente notable en un buen número de comercios y hosteleros, que cerraron sus puertas.

La mayoría de los comercios y negocios de hostelería de Verín secundaron ayer la huelga, sobre todo por la mañana, dado que por la tarde algunos de los negocios abrieron sus puertas. El casco urbano no fue escenario de ninguna manifestación, ni tampoco hubo presencia de piquetes, algo habitual en huelgas generales anteriores. El cierre de comercios y bares fue propiciado por una reunión que mantuvieron los representantes de la asociación de empresarios y los sindicatos para evitar desperfectos en los escaparates y puertas de los locales. 'Tuvimos una reunión con los responsables sindicales en la que la mayoría de los industriales se comprotedió a cerrar las puertas', apuntó el presidente de los empresarios José Ángel Rodicio.

La mayoría de las empresas del parque empresarial de Pazos también cerraron las puertas.

En A Limia, donde muchos agricultores aprovecharon la jornada soleada para arar sus tierras, sembrar centeno e incluso alguno de ellos recolectar las últimas parcelas de patatas, la huelga pasó prácticamente desapercibida. En Xinzo, la mayoría de los negocios permanecían cerrados a las diez de la mañana, pero comerciantes y dueños de bares fueron abriendo las puertas a medida que avanzaba la jornada.

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