JUICIO EN OURENSE

Un estudiante admite que pegó a un policía por “ofuscación"

Fue el único de los siete acusados que admitió los incidentes de Concejo tras una manifestación 

Sólo uno de los siete jóvenes acusados en el proceso penal por los altercados públicos frente a la Biblioteca de Concejo el 11 de octubre de 2012 reconoció su participación activa tras una manifestación en defensa de la enseñanza pública. Ángel José Martínez Puga-Quiroga , quien se enfrenta a una petición de pena de cuatro años de prisión,aseguró ante el juez del Penal 2 que fue con su novia a la manifestación y se vio atrapado por la muchedumbre que intentaba, según él, entrar al edificio en el que está la sede de la Delegación de Educación. Él era uno más, sin vinculación con el resto de inculpados, aunque sí reconoció que se situó en primera fila. "Golpeé con la mano a un policía porque me vi atrapado entre la muchedumbre y reaccioné así en un momento de ofuscación", dijo. Al igual que el resto de los acusados, descartó que hubiese "directrices".

El resto de los inculpados no sólo no reconoció los hechos sino que acusó a los policías apostados frente a la biblioteca de "actitud hostil". Daniel Calles, por ejemplo, la definió como "chulesca e agresiva ".

Seis policías en un primer momento y nueve tras recibir refuerzos trataron de contener a un grupo de unas 100 personas, jóvenes entre los 14 y 19 años que pretendían acceder al edificio al grito de "vamos a ocupar la biblioteca", según la versión de los efectivos policiales. Tras golpes y forcejeos (los policías culpan a los estudiantes y éstos a los agentes) optaron por dejarles pasar para evitar que el cristal exterior se rompiese con la fuerza de empuje. Resultaron lesionados cuatro agentes. Uno de ellos declaró que fue agredido por un menor que ya fue condenado por estos disturbios así como por parte de Jon Sáez (fue en la lista de AGE en las elecciones al Parlamento de 2012). Dice que este último no sólo le golpeó la espalda sino que la retorció la muñeca provocándole un esguince. Llegó a esposar al encausado pero optó por soltarlo por consignas de sus superiores para evitar daños en un tumulto en el que había menores.

Sáez, para quien la fiscal reclama cuatro años de cárcel, relató que al presenciar que un grupo de manifestantes se situaba en las escaleras, subió para "calmar" la situación, pero en ese momento vio a un agente agredir a una compañera. Al intentar apartarla de allí, asegura que le dieron "un puñetazo" y le golpearon "repetidas veces", tras lo cual fue esposado.

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