Los ourensanos aprovecharon la tranquila jornada de lunes para salir por la tarde disfrazados y muchos, en familia
Con la resaca todavía en el cuerpo del desfile que ayer recorrió la ciudad, los ourensanos no dejaron que el cansancio se apoderara de ellos y decidieron aprovechar la tarde para salir disfrazados. Muchos optaron por hacerlo en familia, ya que la Praza Maior ofrecía un gran programa de actividades para los más pequeños. Pero la gran cita del día fue sin duda en el barrio de A Ponte, donde un año más la santa cofradía de Frei Canedo mostró su poderío con un desfile que este año ha tenido que incrementar la distancia de su desfile para que el inicio y el final del mismo no colisionaran.
En esta ocasión, y tras la clásica bendición de los nuevos cofrades, el pregón tuvo lugar a cargo del actor gallego Carlos Blanco que, ante la fama de esta cofradía, decidió acudir acompañado por una numerosa comparsa. Y es que A Ponte ya tiene una fama que trasciende fronteras y estos monjes dan más que hablar que los benedictinos. A saber si el próximo año no decide el mismísimo Papa acudir a darle su bendición a esta orden religiosa cuyos preceptos máximos son: buen vino, buena comida y mucha diversión.
