Los más pequeños de la ciudad siguieron manteniendo con humor el espíritu del Entroido

Frei Canedo robó el protagonismo con su procesión

Los legionarios llevaron a hombros a Frei Canedo por las calles de A Ponte.
Antes de que llegue el día grande en el que don Carnal salga a festejar sus días a la máxima potencia, la ciudad entera siguió manteniendo vivo el espíritu del Entroido, a pesar de que la lluvia tampoco quiso perderse ayer una de las tradiciones más ancestrales de la provincia de Ourense.
Si bien nunca es bienvenida, los más pequeños de la ciudad la recibieron como a uno más y no les impidió disfrutar y jugar con las actividades pensadas para ellos en la Praza Maior. Todos fueron reyes y princesas en el castillo de Trasosmontes, que por un tiempo se trasladó hasta el centro ourensano. Maquillajes, talleres, magia y diversión sirvieron de preámbulo a la actuación de 'Çe, orquestra pantasma' y al nocturno concierto de 'O Sonoro Maxín' en la Praza do Correxidor.
Mientras los pequeños saltaban y bailaban, Frei Canedo se preparaba al otro lado del río para recibir el cariño de los vecinos de A Ponte. Como es habitual en este rito, la cofradía comenzó la jornada purificando el lugar con el 'Potefumeiro' y bendiciendo a los nuevos miembros. En ese momento, estaba todo listo para la procesión, a la que asistieron Blanquita y la legión, os Folións de Trives, las Romanas de A Ponte, los bomberos de Canedo, el abad de la Orden y las 'forzas vivas do pobo', tal y como habían anunciado los organizadores.
Aunque la cena posterior para honrar a Frei Canedo era para socios de la cofradía, al baile, a cargo de la orquesta Futuro, no faltó ningún vecino.

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