De gira por los barrios para explicar proyectos de obras con cargo al Fondo estatal, que ya están comprometidos, o a convenios con la Xunta, pendientes ahora de que el nuevo Ejecutivo gallego los rubrique. El teniente de alcalde del Concello de Ourense, Alexan dre Sánchez Vidal, siguió ayer la ronda, esta vez con vecinos de A Carballeira, que recibieron información acerca del área de rehabilitación integral en la zona. Los vecinos lo ven bien pero no saben si la nueva Xunta mantendrá los planes.
Si el proyecto que la Tenencia de Alcaldía del Concello prepara para rehabilitar más de 400 edificios en cuatro zonas -A Carballeira, Camelias, Inmaculada, O Polvorín y Rosales-, dentro del área de rehabilitación integrada (ARI), sale adelante, la ciudad de Ourense habrá dado un gran paso para garantizar as óptimas condicións estructurais, de seguridade e habilitalidade. Éste fue el mensaje que el teniente de alcalde, el nacionalista Alexandre Sánchez Vidal, trasladó ayer a los vecinos de la asociación Arranxar, en A Carballeira. Con ellos mantuvo, por ahora, el último encuentro de una larga gira de visitas a los barrios para explicar, junto a sus ediles más cercanos -García Mata y Ana Garza- proyectos ya comprometidos y presupuestados, como los del Fondo de inversión estatal, o planificados pero pendientes (la Xunta, qie debe aportar buena parte del presupuesto, ha cambiado de color político y es precisa una nueva negociación), como el que expuso ayer y anteayer a los vecinos de A Carballeira e Inmaculada.
Mejoras de todo tipo
En cualquier caso, Sánchez Vidal manifestó ayer que esta intervención pretende asegurarles, además, a accesibilidade, a eliminación de barreiras arquitectónicas e a eficiencia enerxética dos edificións, lo que redundará a su juicio en la calidad de vida de sus inquilinos. Para ejemplificar, aseguró que el correcto aislamiento de las casas, también incluido en las mejoras, supondría hasta un 40% de reducción en el sistema de calefacción.
Precisamente, el presidente de Arranxar, Eladio Pérez, ve con buenos ojos esta iniciativa, en la que ya están trabajando los técnicos municipales. La idea es buena y los residentes la alabamos, pues permitirá echar una mano a las familias con escasos recursos y menos favorecidas económicamente.
De todos modos, sí se mostró más cauto a la hora de valorar la llegada de dinero a las arcas del Concello para ejecutar este proyecto, con fondos procedentes del Gobierno central (a través del Fondo Estatal de Inversión) y, sobre todo, de la la Xunta tras el cambio de Gobierno. Mucho me temo que no llegará ni un duro, aunque aquí los perjudicados son siempre los mismos, los vecinos, según explicó Eladio Pérez.
La llamada ARI, o área de protección integrada, una de las tres que tendrá la ciudad, con el casco histórico y Seixalbo, concreta por ley ayudas a la rehabilitación de edificios, incluso interiores de pisos, y la humanización y reforma de calles, siempre en espa cios antiguos o deteriorados, con construcciones que datan de muchos años. Por ejemplo, si las administraciones mantienen su compromiso, A Inmaculada recibiría hasta 2,6 millones para planes de humanización (dijo Sánchez Vidal a los vecinos el pasado lunes) y, además, se destinarán 600.000 euros para la recuperación de varios espacios urbanos en la calle Inmaculada y su entorno, en concreto en las calles Bispo Blanco Nájera, Sarmiento de A Cuña, Cega, Pena Redonda, Praza Serra Leboeiro, rúa da Eirexa y rúa Travesa.
Mejoras de todo tipo
En cualquier caso, Sánchez Vidal manifestó ayer que esta intervención pretende asegurarles, además, a accesibilidade, a eliminación de barreiras arquitectónicas e a eficiencia enerxética dos edificións, lo que redundará a su juicio en la calidad de vida de sus inquilinos. Para ejemplificar, aseguró que el correcto aislamiento de las casas, también incluido en las mejoras, supondría hasta un 40% de reducción en el sistema de calefacción.
Precisamente, el presidente de Arranxar, Eladio Pérez, ve con buenos ojos esta iniciativa, en la que ya están trabajando los técnicos municipales. La idea es buena y los residentes la alabamos, pues permitirá echar una mano a las familias con escasos recursos y menos favorecidas económicamente.
De todos modos, sí se mostró más cauto a la hora de valorar la llegada de dinero a las arcas del Concello para ejecutar este proyecto, con fondos procedentes del Gobierno central (a través del Fondo Estatal de Inversión) y, sobre todo, de la la Xunta tras el cambio de Gobierno. Mucho me temo que no llegará ni un duro, aunque aquí los perjudicados son siempre los mismos, los vecinos, según explicó Eladio Pérez.
La llamada ARI, o área de protección integrada, una de las tres que tendrá la ciudad, con el casco histórico y Seixalbo, concreta por ley ayudas a la rehabilitación de edificios, incluso interiores de pisos, y la humanización y reforma de calles, siempre en espa cios antiguos o deteriorados, con construcciones que datan de muchos años. Por ejemplo, si las administraciones mantienen su compromiso, A Inmaculada recibiría hasta 2,6 millones para planes de humanización (dijo Sánchez Vidal a los vecinos el pasado lunes) y, además, se destinarán 600.000 euros para la recuperación de varios espacios urbanos en la calle Inmaculada y su entorno, en concreto en las calles Bispo Blanco Nájera, Sarmiento de A Cuña, Cega, Pena Redonda, Praza Serra Leboeiro, rúa da Eirexa y rúa Travesa.
