Investiga qué le ocurrió al conductor entre las 22.30 que llegó a la villa hasta la medianoche, cuando lo mataron

La Guardia Civil vigila de cerca a dos sospechosos del asesinato de Verín

Los restos mortales de Bernardino Pousa, a su entrada en la iglesia. (Foto: MARTIÑO PINAL)
La investigación para esclarecer el asesinato del responsable de la empresa Autocares Guerra de Verín, Bernardino Pousa Rodríguez, de 59 años, aún no dio frutos. La Guardia Civil no dispone de pruebas contundentes para detener al autor o autores del crimen, aunque tienen dos sospechosos: un familiar del fallecido y un exoperario de otra empresa de autobuses que durante un tiempo estacionaba los vehículos en la cochera de Autocares Guerra, situada en la avenida de Portugal, donde fue perpetrado el crimen.
La Guardia Civil está investigando a ambos y, según pudo saber este diario, ya fueron interrogados. Pero no son estas las únicas pesquisas que se están realizando. Los agentes ya recorrieron en coches particulares y en un autobús el trayecto que realizó Bernardino Pousa nada más llegar en la noche de pasado domingo a Verín con 17 pasajeros (no 50 como se dijo inicialmente) desde la costa pontevedresa.

Eran las 22.30 horas y la mayoría de los viajeron se apeó en la estación de autobuses de la villa y los restantes, cuatro, según precisaron fuentes del instituto armado, en los alrededores de las viviendas sociales Primero de Mayo, cerca del Hospital comarcal.

La Guardia Civil trata de esclarecer qué le pasó a partir de ese momento, dado que para llegar a su nave y aparcar el vehículo sólo tenía que cruzar el casco urbano. Sin embargo, según se desprende de la autopsia, el conductor no falleció hasta pasada la medianoche.

Los investigadores comenzaron ayer a revisar las cámaras de vigilancia instaladas en locales de calles por las que debería circular el fallecido para cerciorarse si iba acompañado o realmente lo estaban esperando en la cochera. También analizan el tacógrafo del vehículo.

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