Permitirá aclarar la autoría del crimen cuando se coteje con el perfil genético de los dos imputados

Hallan restos de ADN de otra persona en el cuerpo de la brasileña asesinada

Una foto de Socorro Silva cuando aún estaba en Brasil.
Pese a que el cadáver estuvo en el río 15 días, las muestras biológicas recogidas por el forense que practicó la autopsia a la brasileña asesinada en febrero tienen la calidad probatoria suficiente para permitir determinar el ADN de la última persona que mantuvo relaciones sexuales con ella antes de morir. El Instituto de Toxicología acaba de confirmar que había semen en el recto y la vagina. Ramón Fernández, encarcelado por estos hechos, primero se autoinculpó y después dijo que un vecino había abusado de ella.
El Instituto Nacional de Toxicología de Madrid acaba de remitir al Juzgado de Instrucción de Ribadavia un informe en el que confirma que en las muestras recogidas por el forense, tras realizar la autopsia al cadáver de la brasileña asesinada en febrero, hay ADN de otra persona. Esta determinación dará resultados concluyentes a la investigación sobre la autoría del crimen cuando se coteje con la saliva de las dos personas imputadas en este caso dado que ninguna de ella reconoce la participación en el crimen.

En un detallado informe rubricado por la directora de Toxicología, Teresa Tena, confirma que el vestigio biológico (líquido seminal) recogido por el forense en las partes íntimas de la fallecida, que ejercía la prostitución en la ciudad, tiene la calidad necesaria para determinar el ADN de la última persona que mantuvo relaciones sexuales con ella.

El principal inculpado, el vecino de Riobóo (Cenlle) Ramón Fernández Álvarez encarcelado por estos hechos, asegura que no fue él quien tuvo relaciones con María Socorro Silva de Oliveira (26 años) sino Antonio M.G., otro vecino del lugar que la forzó en su presencia y en su propia bodega, en donde, según su versión, ambos se reunieron con ella. No obstante, la jueza instructora es probable que también mande cotejar el ADN de esta última persona imputada en la causa, tal como ya le advirtió el 8 de abril cuando decretó su libertad sin medidas cautelares, pero incurso en el procedimiento judicial.

Manuel M.G., con casa y bodega en Riobóo aunque vive con una hija en Carballiño, negó que hubiera estado ese día con Ramón Fernández con quien, tal como confesó, sólo mantenía una amistad de vecindad. En un principio, Fernández se confesó ante dos jueces diferentes (primero declaró en Ourense), que él había sido quien matara a la joven aportando hasta tres ver siones diferentes: con un golpe en la nuca; de dos disparos y acabó entrando al detalle, matizando que la mujer le amenazó con contarlo a su esposa sino le daba más dinero.

El juzgado libró un oficio a la Policía Judicial para realizar una nueva inspección en el Peugeot color azul propiedad de Ramón Fernández. La instrucción por ahora continúa conforme a un procedimiento con jurado popular si bien la acusación particular se opuso alegando que también existe un delito de tenencia ilícita de armas.

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