Un vecino de la calle Bonhome de la ciudad se sentó ayer en el banquillo del Juzgado de lo Penal acusado de pegar a su pareja y obligarla a prostituirse. La víctima, según el fiscal, le tenía que entregar todo el dinero que ganaba ejerciendo la prostitución en la calle. Su pareja lo abandonó en octubre del 2007.
Cinco años de prisión, dos por un presunto delito de malos tratos habituales y tres por el de proxenetismo. Esta es la condena que solicitó ayer el fiscal para un vecino de la calle Bonhome de la ciudad, Nilo L.C., de 44 años, durante el juicio que se desarrolló en el Juzgado de lo Penal número 2 de Ourense.
El hombre se sentó en el banquillo acusado de amenazar, agredir y obligar a su pareja a ejercer la prostitución en el casco urbano ourensano. Los hechos que se le imputan, según relató el fiscal, comenzaron en enero del 2006, después de que el acusado iniciara una relación con la víctima.
La convivencia inicialmente era buena hasta que Nilo L.C., para imponer su autoridad en la relación, comenzó a amenazarla y pegarle, situación que negó tajantemente el imputado en su declaración ayer en el Juzgado.
El fiscal le recordó que los presuntos malos tratos no eran sólo para imponer su autoridad, sino también para obligarla a comerciar con su cuerpo en el casco urbano y lucrarse con el dinero que obtenía. La víctima, una vez en casa, tenía que entregarle todo el dinero que había ganado ejerciendo la prostitución.
Ruptura La pareja se rompió en octubre del 2006, después de que la mujer abandonara el domicilio para irse a vivir a otra localidad, no sin antes denunciar su situación. El fiscal, además de los años de prisión, también pide que el acusado no pueda acercarse a la víctima, que tiene antecedentes penales, durante un período de cuatro años, además de prohibirle portar armas.
El hombre se sentó en el banquillo acusado de amenazar, agredir y obligar a su pareja a ejercer la prostitución en el casco urbano ourensano. Los hechos que se le imputan, según relató el fiscal, comenzaron en enero del 2006, después de que el acusado iniciara una relación con la víctima.
La convivencia inicialmente era buena hasta que Nilo L.C., para imponer su autoridad en la relación, comenzó a amenazarla y pegarle, situación que negó tajantemente el imputado en su declaración ayer en el Juzgado.
El fiscal le recordó que los presuntos malos tratos no eran sólo para imponer su autoridad, sino también para obligarla a comerciar con su cuerpo en el casco urbano y lucrarse con el dinero que obtenía. La víctima, una vez en casa, tenía que entregarle todo el dinero que había ganado ejerciendo la prostitución.
Ruptura La pareja se rompió en octubre del 2006, después de que la mujer abandonara el domicilio para irse a vivir a otra localidad, no sin antes denunciar su situación. El fiscal, además de los años de prisión, también pide que el acusado no pueda acercarse a la víctima, que tiene antecedentes penales, durante un período de cuatro años, además de prohibirle portar armas.
