El dueño tuvo que ser trasladado al CHUO al resultar intoxicado por el monóxido de carbono

El incendio en un piso obligó a desalojar a nueve familias

Los bomberos intentan sofocar el fuego, que se originó posiblemente por una manta eléctrica. (Foto: FOTOS: JOSÉ PAZ)
Un incendio en el cuarto piso del número 3 de la calle Doctor Peña Rey, en el barrio de A Cuña de la ciudad, obligó ayer a desalojar a nueve familias y trasladar al dueño del inmueble, de 30 años, al Servicio de Urgencias del CHUO para ser atendido de una intoxicación por inhalación de monóxido de carbono.
Las llamas se declararon sobre las nueve y media de la mañana, posiblemente a causa de una manta eléctrica que el lesionado tenía encendida sobre la cama. El fuego se propagó con rapidez por el resto de ropa, cortinas y muebles de la habitación provocando una densa humareda, que dificultaba la entrada al edificio por las escaleras.

Un viandante fue el que alertó del incendio a los bomberos y a la Policía Local, al ver que salía mucho humo por una de las ventanas. Los efectivos acudieron de inmediato al lugar e irrumpieron en el edificio, de nueve alturas, al tiempo que varios vecinos salían a la calle ante el temor de que las llamas se propagasen al resto de viviendas. 'A densa fumareira que había nas escaleiras dificultaba a evacuación, polo que decidimos que algúns dos residentes quedaran no interior das súas vivendas coas ventás e portas cerradas', apuntó el sargento de los bomberos, Manuel Ferreira.


ROTURA DE CRISTALES

Los efectivos lograron entrar en la vivienda afectada y solicitaron el apoyo de una ambulancia del 061 al comprobar que el dueño del piso sufría mareos a causa de la inhalación de humo al intentar sofocar las llamas. El herido permanecía en la tarde de ayer en observación en el CHUO pero su vida no corría peligro.

La virulencia del fuego y la alta temperatura que provocó en el interior de la vivienda conllevó que estallaran los cristales de varias ventanas y puertas. Los bomberos cortaron las canalizaciones de gas y el fluido eléctrico, sofocando el fuego pasadas las once de la mañana, después de que quemase todo lo que había en la habitación. Las llamas no afectaron a resto de dependencias de la vivienda, aunque quedaron ennegrecidas a causa de la densa humareda.

La Policía Local cortó la circulación en la zona durante más de una hora, mientras los vecinos, entre ellos varias parejas con niños de corta edad, se consolaban unos a otros, e incluso a los que permanecían en el interior de sus viviendaspues algunos de ellos incumplieron las recomendaciones de los bomberos, asomándose a sus balcones y ventanas para recabar información sobre la evolución del incendio.

Las escenas de pánico y nerviosismo se sucedieron durante la extinción del fuego entre los residentes, lo que obligó a los bomberos a utilizar su larga escalera para acercarse a alguno de los pisos en los que permanecían personas, sobre todo aquellos con niños de corta edad, con el objetivo de tranquilizarlos.

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