Vecinos y comerciantes de distintos sectores de la calle Jesús Soria (O Couto) aseguran que "no existen problemas de convivencia con las comunidades inmigrantes", respondiendo así a las quejas de algunos residentes que atribuyeron la conflictividad y la autoría de ruidos, desperfectos y actividades de tráfico de drogas en la vía a colectivos de origen latino, asegurando que se trata de un número minoritario de personas.
Lamentan los problemas “de locales concretos" que no respetan "sus horarios de cierre ni el sueño de los vecinos”, pero destacan que las declaraciones de los afectados, “lejos de ayudar a la convivencia entre culturas, fomentan el racismo y los prejuicios”, y recalcan “la estupenda relación con todos los vecinos, sin excepción”. Exponen que “la rutina diaria en la calle es de buen ambiente, respeto y educación”, y las excepciones a esta norma “no dependen, en ningún caso, del origen de las personas”.
Los vecinos afirman que “señalar a comunidades concretas como culpables del crecimiento de la drogadicción” les parece “arbitrario, injusto y poco realista, puesto que el tráfico de drogas se da en todos los puntos de la ciudad”, y recuerdan que a sus negocios “viene gente de toda la ciudad y de todas las nacionalidades”, por lo que los clientes “pueden hacerse una idea equivocada de la calle, e incluso cuestionar su seguridad” al conocer la versión solo de una parte de los residentes, y confían en que las autoridades “cumplan con su deber en el caso de que individuos o establecimientos no respeten las normas municipales, de convivencia o cometan actos ilegales”. Además, no creen que la calle “tenga más problemas que otras muchas en la ciudad, ni que sea la única donde un par de locales no respetan el sueño de los vecinos”, e invitan a todo el mundo "a darse un paseo" por los locales, para que comprueben “cómo son estupendamente recibidos y tratados”.
Estigmas negativos
Luis Alberto Ramos, presidente de la Unión de Dominicanos en Ourense, expresa su "desacuerdo y disconformidad" con la atribución, por parte de algunos vecinos, de los incidentes en la calle a la comunidad latina, y resalta la negativa influencia que tendrá para sus negocios: "Quien no ha tenido la oportunidad de conocer al dominicano trabajador y respetuoso, estará prejuiciado y podría negarse de antemano a establecer con él relaciones sociales o comerciales"
