En el Juzgado de lo Penal número 1 de Ourense quedó visto para sentencia un juicio contra un vecino de Ourense, Antonio R.G, de 51 años, al que su esposa y su hija solicitan 10 años de prisión, así como 30.407,11 euros de indemnización en concepto de responsabilidad civil por los daños sufridos. El fiscal, por su parte, solicita una pena de prisión de cinco años y una indemnización a ambas víctimas de 4.000 euros.
Tal y como expuso la acusación particular, el imputado discutió con su esposa el pasado 21 de julio de 2007 en su domicilio, en la que intercedió la hija para evitar lesiones a su madre. Según esta versión, Antonio R.G. golpeó entonces a su hija con los puños, agarrándola por el pecho y cuello y propinándole un puñetazo que le produjo lesiones (contusión cervical y en un brazo). Dos meses después, el 7 de septiembre de 2007, el acusado volvió a agredir a su hija, propinándole puñetazos y agarrándola del pelo, lo que le causó traumatismo esternal, eritema en ambas muñecas y labilidad emocional.
Tanto el fiscal como la acusación particular sostienen que el acusado mantiene de forma continuada incidentes como los narrados en el domicilio familiar, profiriendo insultos y agrediendo tanto a su esposa (que declaró que los maltratos, con vejaciones e insultos, comenzaron al poco tiempo de casarse) como a su hija, quien actualmente sufre estrés postraumático como consecuencia de una situación continuada de maltrato en el hogar.
Falso testimonio
Asimismo, el fiscal solicitó que se deduzca falso testimonio en un testigo aportado por el acusado, que sostiene que en la noche del 7 de septiembre de 2007 (fecha de la segunda agresión) éste no se encontraba en el domicilio familiar, sino en compañía del citado testigo, que hasta ayer no se había pronunciado en las diligencias previas.
Tanto el fiscal como la acusación particular sostienen que el acusado mantiene de forma continuada incidentes como los narrados en el domicilio familiar, profiriendo insultos y agrediendo tanto a su esposa (que declaró que los maltratos, con vejaciones e insultos, comenzaron al poco tiempo de casarse) como a su hija, quien actualmente sufre estrés postraumático como consecuencia de una situación continuada de maltrato en el hogar.
Falso testimonio
Asimismo, el fiscal solicitó que se deduzca falso testimonio en un testigo aportado por el acusado, que sostiene que en la noche del 7 de septiembre de 2007 (fecha de la segunda agresión) éste no se encontraba en el domicilio familiar, sino en compañía del citado testigo, que hasta ayer no se había pronunciado en las diligencias previas.
