ENTREVISTA

Manuel Rodicio: “A la Iglesia nos toca llegar a donde el gobierno de Rafael Correa no llega"

Dibujo
photo_camera Manuel Rodicio solicita ayuda para su misión.

El misionero ourensano Manuel Rodicio vivió en primera persona el terremoto que sacudió el  16 de abril gran parte de Ecuador.

Él estaba en Jipijapa. Mes y medio después del devastador temblor -con una magnitud de 7,8 escala Richter- pide colaboración "porque es un descalabro mirar alrededor. Estamos ante un problema de una magnitud muy grande y solos no podemos salir de esto", destacó Rodicio, que a los pocos días del seísmo escribió una carta abierta para contar su testimonio: "Mortos. Destrución. Sen luz. Sen auga. Cun chisco de internet que nos abre ao mundo".

¿Dónde se encontraba el día del terremoto?

Estaba sentado en una mesa de estudio a punto de salir para una misa. Eran las 19,00 horas y la eucaristía empezaba media hora después. Aquí la tierra tiembla con frecuencia por lo que no le di mayor importancia. Además, a mi me habían convencido de que en la costa, donde yo me encuentro, nunca hubiera terremotos grandes. Esto es mentira pero vivía con esa tranquilidad. Sentí como una biblioteca que tenía detrás se vino encima mía, las puertas empezaron a golpearse fuerte por lo que el miedo se apoderó de mí. En ese momento, me quedé quieto pero tan pronto pasó, duró casi un minuto, salí corriendo para ver cómo estaban las personas y empezar a realizar llamadas. 

¿Con qué se encontró?

En Jipijapa cayeron unas cuantas casas pero sin muertos. Sin embargo, mi amigo de Manta me dijera que había muertos, unos 200 contabilizados. Las ciudades de Manta y Portoviejo quedaron arrasadas con un número elevado de muertos. Aquí en Manta, en el barrio comercial de Tarqui, fallecieron casi 200 habitantes desapareciendo toda la zona de negocios. Había tres colegios católicos. Uno de ellos lo dirigió hace mucho tiempo el ourensano Adolfo Álvarez, un salesiano. El colegio donde el puso toda la ilusión de su vida se tuvo que destruir. Este centro tenía casi 2.000 alumnos pero no fue el único. Otros dos cayeron. Estoy hablando solo de los católicos. Hay cinco más civiles que desaparecieron. Suerte que fue a una hora en la que no había nadie. Ahora mismo se escuchan como están picando para destruir las casas. 

Mes y medio después, ¿cuál es la situación en el país?

Tenemos casi 30.000 personas albergadas -algunas se resisten a salir de sus casas- y 20.000 sin hogar. Es tremendo el caos que esto generó. Ahora queda el pánico. De hecho, hace dos semanas (el 18 de mayo) se registraron dos réplicas de 6.8. Toca ayudar a las personas que perdieron a toda su familia. Nuestra iglesia, La Dolorosa, en Manta, perdió lo que los ingenieros llaman "verticalidad"; es decir, se movieron las columnas y ahora se está estudiando si se puede intervenir sin derruir. Las misas ahora las celebramos en los parques. De 70 parroquias que tiene la diócesis, 51 tiene los templos dañados o muy dañados. En las ciudades es más fácil ver el daño aunque calculamos que en las aldeas del campo, por donde vamos entrando se nos rompe el corazón. Todo perdido. Toca volver empezar como estaban antes, a las casas hechas de caña.

¿Qué papel tiene la iglesia ahora?

Nos toca llegar a aquellos aspectos a donde no llega el Gobierno. Estos días repartimos la comida que nos dieron las diócesis vecinas como la de Colombia o España. Lo primero era darle de comer a las personas. El gobierno hacía mucho pero esto no llegaba, una gran mayoría se quedaba fuera. Pedimos a las iglesias de todo el mundo. A mí me preocupa, sobre todo, la gente. ¿Para qué queremos iglesias si falta la gente? En el barrio donde vivo cayó una casa y mató a ocho personas, de ellos cuatro eran menores. Un poco más arriba, tres más. El Gobierno propone que dará 10.000 dólares a los que perdieron su casa pero esto no soluciona. Todo lo que me mandaron fue darle de comer a la gente. Aquí en la casa no gasté nada. Lo primero son las personas.

¿Cuál es la principal fuente de ingresos?

El país hizo en los últimos años un esfuerzo importante con el presidente actual de modernización. La fuente principal de ingresos, aunque no es un gran país petrolero, era el petróleo. Por eso, digo que estamos ante un momento muy crítico. El petróleo lleva un par de años a niveles no competitivos. El presidente Rafael Correa decía "ahora tenemos más fuentes" pero el petróleo era como el motor que dinamizaba todo. 

¿Está ahora Ecuador preparado para una posible sacudida de esta magnitud?

Es difícil. En las escuelas, se hacían simulacros pero... Además, somos un pueblo mayoritariamente pobre. No obstante, estoy convencido de que un terremoto de esta magnitud en mi tierra, Ourense, llevaría por delante el 90% de las viviendas. Para hacernos una idea, nuestra iglesia se construyó como muchos medios debido a que hace 20 años se cayó un avión y el seguro pago millón y medio de dólares. Esto también fracasó. Si esto pasó aquí donde se gastaron tantos cuartos- dinero fruto de una desgracia-,con una infraestructura tan bien calculada, qué hará con el resto. En cualquier caso, ni que decir tiene que no estamos al nivel de tecnología que tiene Japón pero aún así es complicado. 

Te puede interesar