Las Fuerzas de Seguridad imputaron este año a 18 personas por esta causa y detuvieron a 12

Más de la mitad de las personas denunciadas por incendios plantaron fuego por imprudencia

La Guardia Civil investiga sobre el terreno para determinar las causas de los incendios. (Foto: Xesús Fariñas)
Un total de 30 personas fueron señaladas por la Guardia Civil y la Policía Autonómica como presuntas autoras de incendios forestales en la provincia en lo que va de año. De ellas, 18 fueron únicamente imputadas -no detenidas- y su relación con los fuegos que se le atribuyen está vinculada a las negligencias e imprudencias a la hora de realizar quemas o trabajos agrícolas. En el otro lado de la balanza, las Fuerzas de Seguridad detuvieron a 12 personas como sospechosas de plantar fuego con intención delictiva.
La investigación de incendios forestales realizadas por las Fuerzas de Seguridad en la provincia han situado, sólo en este mes de agosto, a cuatro personas como presuntas responsables de otros tantos fuegos. No obstante, en dos de los casos, los imputados -no detenidos- lo fueron a pesar de no tener, en principio, ninguna intencionalidad en el incendio: los fuegos se iniciaron por la chispa de una empacadora y por los fuegos artificiales de unas fiestas, respectivamente.

Y es que son este tipo de incendios, los que se originan por imprudencias o negligencias, los que resultan más fáciles de resolver por los investigadores. Un ‘clásico’ son ya las quemas de rastrojos que, ya sea por no tomar las medidas necesarias cuando están autorizadas o, simplemente, realizarlas sin permiso, acaban desembocando en un incendio forestal. Las estadísticas policiales hablan por sí solas: más de la mitad de los sospechosos de haber producido un incendio forestal en lo que va de año lo fue en estas circunstancias, lo que se traduce en un total de 18 personas imputadas de un presunto delito de incendio forestal. Ello a pesar de que sólo el 20% de los incendios contabilizados en total se corresponde con negligencias o escape de quemas.

Colaboración

Mientras, en la otra cara de la moneda, la resolución de los fuegos intencionados presenta una mayor complicación para las fuerzas de seguridad. En esta labor, destacan, la colaboración ciudadana puede llegar a ser fundamental para dar con un incendiario. A pesar de ello, has ta la fecha se han detenido a 12 personas como presuntas autoras de incendios forestales en la provincia. La última, un vecino de Maside, que ingresó en prisión provisional al haber sido visto por sus vecinos cuando supuestamente plantaba fuego a una finca.

Los casos de pirómanos son residuales, tanto en Galicia como en el resto de España y apenas abarcan un 1% de los fuegos intencionados. Así, la Guardia Civil investigó durante el año 2007 un total de 90 incendios forestales en la provincia. De estas pesquisas las conclusiones que sacaron los investigadores apuntan a que la mayoría de estos fuegos se produjeron por cuestiones cinegéticas y pastoreo, entre otras razones. La conciencia social ocupa, pues, un lugar importante en la lucha contra el fuego.

Fuegos intencionados en montes de Laza y Cualedro

El que hasta el momento ha sido uno de los incendios más importantes del verano fue provocado. Ocurrió la pasada semana en el municipio de Laza. Cinco focos iniciados de forma simultánea, con una clara intencionalidad, según reconocía la Consellería de Medio Rural, acabaron calcinando 11,50 hectáreas de monte arbolado y 49,10 de superficie rasa. La Guardia Civil ha abierto una investigación sobre este fuego, al igual que ocurrió con el producido a mediados de este mes en montes de Cualedro, ante las sospechas de que también había sido intencionado. No en vano, el 80% de los fuegos que se pro ducen en los montes gallegos son provocados.

La investigación está en manos del Equipo de Investigación de Incendios Forestales de la Guardia Civil, quienes empiezan las pesquisas localizando el lugar en el que se produjo el incendio, dividiendo el monte ardido en parcelas. La inclinación que las llamas dejaron en el tallo de las gramíneas y las manchas en piedras y árboles son algunos de los elementos que se tienen en cuenta para comenzar la investigación, si bien los incendiarios no suelen dejar rastros. Las preguntas a los vecinos de la zona también forman parte de las pesquisas.

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