Milucha pone el candado al bar Tráfico

Milucha Puga recoge el bar de cara al inminente cierre. (Foto: Miguel Ángel)
Después de 49 años abierto, el bar Tráfico, en la calle Doctor Fleming, cierra sus puertas. Su propietaria, Milucha Puga, que cuando su padre lo abrió tenía 12 años, se jubila, y con ella se lleva en cajas toda la memoria que ha pasado por el local.
El bar pasó de padres a hijos como una herencia más sentimental que física, como una joya íntima, pero ya no habrá más traspasos generacionales. Milucha Puga introducirá en las cajas que salven los últimos utensilios toda la memoria que el bar Tráfico ha generado en 49 años. Otro clásico, después de La Ibense, que echa el candado porque el tiempo se quiebra. ‘No me da ninguna pena cerrar. Trabajé en algo que me gustaba, pero estaba deseando jubilarme. Ahora voy a ser una mujer feliz paseando por Ourense y cuidando de mis nietos’. Que trabajen otros. No tenía 12 años cuando Camilo Puga y Sara Cid, sus padres, emprendieron la aventura. Emplazado en el número 2 de la calle Doctor Fleming, el bar tenía de especial sólo elementos abstractos, precisamente los más importantes, porque son los que sujetan a los clientes sin que se percaten, hasta que el bar pasa a ser un refugio y antes o después hay que regresar. ‘En los buenos tiempos, las partidas de subastado y tute cabrón comenzaban a las dos y se formaban colas hasta las diez de la noche’. Pero ‘antes había una complicidad, un aire de familia en la relación con el cliente. Hoy, a algunos, parece que haya que tratarlas como dioses’. Milucha recuerda dos fechas: 1991, cuando ‘hicimos la reforma del bar’, y 2000, ‘cuando entró el euro y acabó con todo’. Salvo la memoria.


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