Otra testigo negó la declaración incriminatoria sobre Manuel V.S. ante la Policía: "estaría mal de la cabeza"
La segunda sesión del juicio seguida contra cuatro personas vinculadas hace ocho años a la fundación sin ánimo de lucro Fonte, acusadas de estafa y falsedad documental, estuvo destinada íntegramente a escuchar a algunas de las supuestas víctimas (hoy comparecerán más). El común denominados de estos testigos es que eran extranjeros que acudían a esa ONG para pedir alimentos o la tramitación de documentos para regularizar su situación o traer familiares a España.
Así, prestó declaración A.M.V.O., la persona que denunció los hechos ante la Policía al sentirse estafada por el presidente de la fundación, Manuel Ángel V.S. Precisamente, estas denuncia fue la que desembocó en una investigación que culminó con el procesamiento de los cuatro encausados: Manuel Ángel V.S.; Luz Marisol T.M. (secretaria de la ONG) así como otras dos trabajadoras, Estrella L.C. y María José V.S.
La testigo corroboró los términos de su primera declaración en la Comisaría hace ahora ocho años. "Me siento estafada y engañada". Esta mujer contactó con el presidente de la fundación "para arreglar unos papales con lo que traer a un cuñado". En Fonte, le pidieron 1.200 euros por tramitar el expediente por lo que hizo una primera entrega de 400 euros. Esta testigo fue tajante a la hora de sentenciar que le propusieron alterar la documentación (una declaración de la Renta) pero que ella se negó. El inculpado, explicó la testigo, le volvió a pedir dinero cuando le comunicó que el expediente había sido denegado pero iba a intentarlo de nuevo. Ella se negó y pidió la devolución de la cantidad entregada, pero el acusado no lo hizo.
Asimismo, añadió que recibió "insultos -"la chivata", por ejemplo- y amenazas del entorno de Manuel. "Llegué a sentir miedo porque había mucha gente involucrada en este tema", aseguró ante la jueza.
Pero no todos los testigos se mostraron tan convincentes. A.C.C. incluso negó que había declarado ante la Policía Nacional en 2007. Ante la evidencia de su firma, lo reconoció pero se desdijo sobre que había requerido los servicios de Manuel y que le pidió 300 euros por adelantado: "Estaría mal de la cabeza".
La testigo, pese a las advertencias de la jueza de que se puede enfrentar a un proceso por falso testimonio, negó que hubiera declarado que a "Manuel sólo le interesa el dinero pero no la situación en la que se encuentran los extranjeros".
