La Confederación Hidrográfica analizó la espuma blanca aparecida en un tramo del río

Nuevos vertidos en las aguas del Barbaña provocan alarma

Espuma en las aguas del Barbaña.
Una vez más, el río Barbaña ha vuelto a centrar la atención de los técnicos. La llamada de una persona alertando por la mañana de la presencia de espuma blanca en el agua encendió de nuevo la voz de alarma en torno a este río. Según informaba posteriormente la Confederación Hidrográfica Miño-Sil, la espuma se había localizado ligeramente aguas abajo de la depuradora del Concello de San Cibrao, por lo que los técnicos del organismo habían recogido muestras tanto aguas arriba como abajo de la depuradora con el objetivo de concretar la sustancia.
Las muestras serán analizadas y en unos días los técnicos podrán saber las características de este vertido y si exceden o no los límites legales permitidos. De hacerlo, el organismo abriría un nuevo expediente sancionador. En contra de lo que sucede en casos de vertidos en otros ríos, la Confederación no tiene sospechas de que haya empresas que aprovechen las previsiones meteorológicas que anuncian lluvias para verter al Barbaña. 'Si fuera así, tendríamos que actuar de oficio', recalcan fuentes del organismo que, por lo tanto, niegan cualquier tipo de investigación sobre este supuesto.


COLOR AMARILLENTO

Y sin salir del Barbaña, los técnicos de Aquagest también estuvieron ayer por la mañana trabajando en el río al detectar, en las inmediaciones del Pabellón Paco Paz, un vertido de color amarillento. La conclusión a la que llegaron los operarios de la empresa, según explicaron después fuentes del Concello de Ourense, es que se trataba de agua procedente del manantial de una finca próxima que llegaba al río a través de una tubería que se encuentra en mal estado. Ante la escasez de caudal de ese manantial, los técnicos sospechan que este agua pudiera arrastrar residuos ferruginosos de la propia tubería, por lo que la limpiaron con agua a presión. En todo caso, descartaron que se tratase de un vertido de aguas fecales. El aspecto del agua alarmó también a algunos viandantes y vecinos de esta zona que, por desgracia, están ya acostumbrados a encontrar sorpresas desagradables cuando vuelven la vista al Barbaña.

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