Ruidos, maquinaria pesada, explosiones y cierre de carreteras utilizadas habitualmente por los visitantes

La obra de Iberdrola choca con el turismo en la Ribeira Sacra

Las obras obligaron a cerrar los accesos desde Os Peares y desde la carretera de A Rasa. (Foto: MARCOS ATRIO)
La polémica iniciada en septiembre de 2008 con los trabajos de construcción de la central hidroeléctrica Santo Estevo II, promovida por la campañía Iberdrola, vuelve a saltar a la actualidad. Las críticas suscitadas desde los ámbitos político o el ecologista, por el gran impacto medioambiental que tendrá en el paisaje de la Ribeira Sacra, uno de los principales destinos turísticos de la provincia de Ourense, se suman al malestar generado en vecinos, pequeñas empresas y negocios de la zona que están viendo entorpecida su actividad económica durante los meses estivales.
El comienzo, el pasado 4 de julio, de las obras de la fase principal de la ampliación de la central hidroeléctrica de San Pedro II, situada en el río Sil, en el concello Nogueira de Ramuín, se hace notar en la zona, como el ruido que provocan las obras, con intenso trasiego de maquinaria pesada, explosiones, o el cierre temporal de una carretera que conduce desde Os Peares hasta Santo Estevo, desde principios del verano y previsiblemente hasta que culminen las obras en 2016, aunque dependerá de la evolución del proyecto.

Esta vía, que también permanece cortada desde el acceso de A Rasa, aunque de propiedad particular, es muy utilizada tanto por los vecinos como por los turistas que se acercan a esta zona protegida del Cañón del Sil, particularmente en esta época veraniega, atraídos por sus espectaculares paisajes y geografía agreste.

ACCESO AL EMBARCADERO

Las obras afectan también a uno de los mayores atractivos turísticos de la zona como es la ruta fluvial en catamarán por el Cañón del Sil. Esto es, el acceso al embarcadero de Santo Estevo, que se encuentra cerrado por los trabajos de maquinaria pesada, con la que se van a retirar 53.150 metros cúbicos de escombro del embalse de San Pedro. Esta circunstancia obligó a la empresa responsable de la naviera a buscar rutas alternativas para quienes quieren usar sus servicios.

Uno de los tramos alternativos si se viaja desde Ourense capital obliga a desplazarse hasta el concello lucense de Ferreira de Pantón y una vez allí, tomarla carretera provincial LU-P 41-03 para llegar hasta la desembocadura del río Cabe en el Sil, obligando al visitante a realizar unos 15 kilómetros más de recorrido.

Desde la oficina de turismo de Nogueira de Ramuín o de la oficina de Ferreira de Pantón están informando a los visitantes y establecimientos de servicios públicos que se pueden ver afectados de las rutas alternativas que tienen para acceder a esta zona natural y protegida como es el Cañón del Sil en pleno corazón de la Ribeira Sacra.

Desde casas de turismo rural y establecimientos de hostelería de la zona ponen de manifiesto como muchos visitantes se muestran molestos por la dificultad añadida que conlleva 'moverse en una zona ya de por sí difícil por la orografía' y que ahora 'con el corte de este carretera se ven obligados a realizar muchos más kilómetros'.

Un proyecto muy cuestionado por los colectivos ecologistas
Las quejas del vecindario y de pequeñas empresas de la zona se suman a las ya generadas en su momento por varios colectivos ecologistas, como el grupo ourensano Germán Estévez y la Asociación para a Defensa Ecolóxica de Galiza (Adega).
A lo largo de los últimos tres años, estos colectivos presentaron denuncias a este proyecto por llevar a cabo obras de este tipo en una zona Red Natura y por el impacto medioambiental que esto acarrea, no sólo en la afectación sobre el caudal del río, que debe mantener un mínimo de 3.360 litros por segundo, sino también en las consecuencias dañinas para el hábitat de la zona y que se concretan, principalmente, en los cambios de usos del suelo, la modificación de las propiedades físicas y químicas de agua, así como el aporte de materiales sólidos y vertidos accidentales de hormigón, aceites y diversos combustibles durante la ejecución de las obras.
La planta hidroeléctrica de San Pedro, impulsada por la compañía Iberdrola, actúa como contraembalse de Santo Estevo, modulando el caudal del río Sil, por lo que, una vez que se amplió la segunda, era necesario también ampliar la primera.
Con 441 MW de potencia instalada, Iberdrola convirtió a Santo Estevo en el mayor complejo hidroeléctrico de Galicia, capaz de producir 1.000 gigavatios hora al año, suficiente para atender el consumo medio anual de 285.000 hogares.

Te puede interesar