Dos de cada cinco ourensanos adultos padecen sobrepeso, según el informe recientemente publicado por el Instituto de Salud Carlos III y la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan). Los resultados del estudio muestran que la provincia, con un 40,7% de población afectada, es la cuarta con mayor tasa de sobrepeso de España, solo por detrás de Almería (44,1%), León (43,8%) y Huelva (41,1%). La prevalencia es mayor entre los hombres: un 46,4% suspende en los baremos saludables, frente a un 35,6% de mujeres.
El informe también muestra el impacto de la obesidad y la obesidad severa (ambas consideradas como enfermedades) entre la población. En la provincia, un 18,6% de personas padece obesidad, y un 4,2%, obesidad severa. En ambos casos, los porcentajes se mantienen por debajo de la media española (18,7% y 4,9%, respectivamente). Por otra parte, en el conjunto de Galicia, Ourense es la provincia con menor afectación. Lugo presenta los índices más elevados, con un 27,3% de obesidad y 9,4% de obesidad severa.
Las causas
En una sociedad cada vez más informada, cabe preguntarse los motivos que explican la elevada prevalencia del sobrepeso y la obesidad. Los expertos en nutrición son claros: aunque la alimentación y el estilo de vida saludable ganan adeptos, los hábitos nocivos todavía no se han erradicado. “Queda un largo camino por recorrer, seguimos con viejas costumbres como comer mucho cerdo, grasa, ultraprocesados, bebida industrial o azúcares”, asegura Ana López, dietista-nutricionista del área sanitaria de Ourense, Verín y Valdeorras. “Muchas veces cuesta aceptar que una dieta a base de vegetales y con variedad en la proteína es suficiente, completa y sencilla de llevar a cabo”, explica Paula Castrillo, dietista y parte del proyecto Salubrízate del área sanitaria, que promueve hábitos saludables en la provincia.
Los patrones aprendidos tienen mucho peso en la alimentación. “En las personas permanecen costumbres alimentarias producto de nuestra mezcla cultural, junto con la introducción de nuevos productos con una presión publicitaria cada vez mayor”, señala Luis Álvarez, enfermero e integrante de Salubrízate. En esa línea, el sanitario defiende que una efectiva educación alimentaria requiere de una implicación “constante, continuada y colaborativa” de actores como la familia, la escuela, los medios de comunicación, las empresas, los gobiernos y el sistema de salud. “De esta forma se podrían promover acciones conjuntas”, defiende.
La falta de tiempo en el día a día y el sedentarismo también explican la prevalencia del sobrepeso. “Trabajamos ocho horas sentados y luego nos vamos a casa, no hacemos actividad física”, apunta Ana López. “En el comportamiento alimentario hay limitaciones que pueden venir de la disponibilidad, el menor tiempo que existe ahora para la elaboración y cocinado, los comedores escolares y de empresa, los nuevos productos, la publicidad…”, comenta Mercedes Hernández, médica de Familia en el centro de salud Nóvoa Santos y parte de Salubrízate. “Nuestra mente tiene que lidiar con el márketing persuasivo y el consumismo incentivado. Nos venden tiempo, comodidad e inmediatez, lo que mata nuestra capacidad de reflexión”, opina Miguel Castro, ingeniero miembro del proyecto Salubrízate.
Los más pequeños
El informe del Instituto de Salud Carlos III y Aesan también aborda la situación de los menores de edad. En Ourense, el 25,1% de los niños y adolescentes padece sobrepeso, lo que convierte a la provincia en la cuarta con mayor tasa de España. La media del país se sitúa en 19,2%, seis puntos por debajo del resultado ourensano. De nuevo, los niños presentan mayor afectación que las niñas: el 29,5% frente a un 20,7%.
Las cifras dan la razón a los expertos en nutrición: los hábitos aprendidos en el seno familiar son decisivos en la forma de alimentarse. “Hay mucha gente que hace lo que hacen sus padres en casa, y además, al ser jóvenes, hay esta idea falsa de que no pasa nada”, apunta Ana López.
¿Cómo aprender a comer?
Los nutricionistas comparten la importancia de eliminar de la dieta ciertos productos como los alimentos ultraprocesados, así como de reducir el consumo de carnes con grasas saturadas. “Es imprescindible que nuestra alimentación se base en alimentos de origen vegetal y de temporada”, resume Paula Castrillo. “Una dieta básica debe contener los nutrientes esenciales: agua, legumbres, verduras, frutas, pescados, carnes, huevos, lácteos, féculas, y, de forma ocasional, pasta o arroz”, comparte Mercedes Hernández. “Es necesario sacar la bollería y los procesados”, enfatiza Carlos Espuch, biólogo del Instituto de Investigación Galicia-Sur y miembro de Salubrízate.
