La inflación afecta a la alimentación: “Lo más barato es muy poco saludable”

El aumento del precio de la compra empeora la alimentación, sobre todo en familias vulnerables de Ourense

Celsa Perdiz, Mercedes Hernández y Ana López
Celsa Perdiz, Mercedes Hernández y Ana López

El informe elaborado por el Instituto de Salud Carlos III y la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan) aborda la relación entre el poder adquisitivo y la alimentación. A la vista de los resultados, el estudio concluye que en aquellas personas con menor nivel de estudios y menor nivel de renta la tasa de sobrepeso y obesidad aumenta.

En esta línea, los expertos en nutrición ponen el foco en la inflación y el elevado coste de ciertos alimentos. “Debería ser un dereito básico e universal unha alimentación sana. É unha cuestión política e estrutural, obesidade e pobreza están intimamente relacionados”, señala Celsa Perdiz, trabajadora social del Sergas e integrante del proyecto Salubrízate. Según explica Perdiz, para aquellas familias con menos recursos, comprar productos básicos e imprescindibles en la dieta es, cada vez, más difícil. “As inequidades sociais fan que a saúde só esté ao alcance do que máis ten. Politicamente hai que poñer en marcha as medidas necesarias para acabar coa malnutrición de menores e adultos”, recalca.

Lucía González-Babe, integrante de Salubrízate, también habla de la necesidad de regular los precios: “La base de todo sería la regulación. Muchas familias acaban comprando procesados y precocinados porque son más accesibles y no pueden acceder a lo que realmente debería ser la columna vertebral de nuestra alimentación. Unos tomates de buena calidad son prácticamente inalcanzables para mucha gente”. Miguel Castro, otro miembro del proyecto, apunta: “Es urgente regular la sobreproducción de alimentos procesados con materias baratas y de mala calidad, que van en contra de nuestra salud”. Por su parte, el enfermero Luis Álvarez asegura que, de no emprender medidas, “las personas van a tomar opciones que empeoren su salud, lo que provocará peor calidad de vida”. El biólogo Carlos Espuch resume la situación: “Las cosas más baratas son las menos saludables, si a la gente le das a escoger entre no comer y comer algo no saludable, escogerá lo no saludable”.

Proximidad

Los expertos también defienden la importancia de consumir más alimentos frescos, de temporada y cercanos, por ser una opción más saludable, tanto para las personas como para el planeta. “Hasta que lo comemos, todo lo que gira en torno a un menú es un proceso donde influye el mercado y los acuerdos de gobiernos”, explica Mercedes Hernández, médica de Familia. Pide que los gobiernos apoyen a los pequeños productores y fomenten la compra de “kilómetro 0”. “A partir de ahí, es cuestión de comer sano y hacerlo gracioso, apetecible”, dice Ana López.

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