El pacto del Madrid-Barça

Rivales de siempre pero necesarios Los candidatos de la arruga es bella están lanzándose mensajes por persona interpuesta, casi siempre los medios, sobre la oportunidad de pactar mínimos para situaciones extremas como las que vive la ciudad. Cabezas y Paco se ven de vez en cuando pero en ocasiones parecen el Tío Paloma y Tonet, su hijo en la serie Cañas y Barro, basada en la obra de Blasco Ibáñez. Como no se hablaban, invocaban al éter: “Al viento le digo que deberíamos recoger las redes”, decía uno. “Al viento le digo que estaría bien”, contestaba el otro. Los candidatos popular y socialista se lanzan indirectas sobre eventuales acuerdos para recuperar la cordura perdida. Hasta el líder de los socialistas gallegos, Valentín González Formoso, habló de “hacer pedagogía” en las matrices de los partidos para que entendiesen posibles acuerdos y poner las líneas rojas al borde de la ignominia de hoy. El Madrid y el Barça son los eternos rivales y especular con el resultado sería un tongo de libro, pero a los dos les conviene que el césped esté en buenas condiciones para desplegar el fútbol que llevan los jugadores en sus botas y que el estadio esté a reventar para que sus leyendas se agranden. Se ha agotado el tiempo reglamentario, la prórroga y vamos a la tanda de penaltis. Una lotería, vamos. Otra vez lo mismo En Ourense siempre reeditamos a los clásicos del aldraxe para mitigar la falta de respeto que, por lo general, se tiene a la provincia en los despachos. El periódico desvelaba que un nuevo retraso postergará la estación del AVE a después del año 2030. Van cinco desde el 2019 ante el acostumbrado silencio local. Tampoco en esta ocasión se elevó una ceja sobre otro aplazamiento de una dotación vital, lo cual ya no espanta a nadie. Bien mirado, lo de la provincia con los tiempos es un tanto singular. La ciudad que iba a prepararse incluso diez años antes de que llegase el tren de alta velocidad dejó pasar el tiempo sin hacer nada. Y ahí está el AVE, dejando un gentío en una estación con un entorno que es un auténtico erial y una ciudad que no solo no se moderniza sino que envejece y envilece. Con un termalismo que solo brota en los congresos, las jornadas y las zarandajas pero que tiene los grifos secos. Con una zona monumental sucia, ruidosa y ruinosa. Con un comercio desunido y desmotivado, incapaz como gremio de organizar el más insignificante de los eventos . Y aún así la estación está llena y Madrid a dos horas y pico. Renfe bate récords de viajeros que los deja en la terminal. Lo que hagamos después con ellos ya no es su problema. Llegará la resaca Al menos media docena de proyectos empresariales de diferente intensidad están cuajando en la provincia para crear alojamientos para el turismo. Por la ciudad pasan de largo, como ya hemos citado aquí en otras ocasiones. Un operador de una empresa del sector señalaba en días pasados que no hay nadie con quien hablar en el Concello, que todo va ahí con el piloto automático, sin ideas, ni intenciones, ni tampoco decisiones que sean fiables, a salvo de caprichos de niños malcriados. Ya verán cuando se pasen los efluvios y el sopor de las juergas que se programan y se pagan con dinero público a troche y moche. Ya verán qué ciudad nos está quedando y la que estamos haciendo para el futuro. Ya verán lo que dura la resaca y el dolor de cabeza que deja. Vayan preparando el botiquín. Se abre la brecha Llevamos varios años tomando palomitas disfrutando del espectáculo de degradación mientras la ciudad daba síntomas a los que nadie prestaba atención y ahora la metástasis hace de las suyas, anunciando malos pronósticos y peores tratamientos. El periódico publicó ayer que la brecha laboral y formativa se dispara. Hay zonas para gente bien y otras en las que se siembra la semilla del aislamiento. A ver, Ourense no es tan grande como para que haya semejantes diferencias, incluso guetos. Sin embargo, las políticas seguidas no han corregido esos desequilibrios, ni interés hay porque lo hagan. En Covadonga la tasa de paro supera el 30%, mientras que en el centro se queda en el 5%, y dudo que lo que se ha hecho en los últimos cuatro años sirva para enmendar el error. Veremos lo que da de sí el Madrid-Barça del 28 de mayo y si quieren que siga pitando Enríquez Negreira. Al poner la lupa: Hay motivaciones y luego decisiones Concentración del 8M en Ourense. Marea femenina en las calles de la ciudad, decía este periódico para titular la foto de la manifestación que recorrió las calles del centro. A pesar de que en pocas ocasiones como en la presente el asunto estaba emponzoñado por los farrapos que se tiraban desde los extremos ideológicos, la respuesta fue ingente. La marcha por la ciudad solo fue la escenografía de algo mucho más profundo y la culminación de un trabajo previo de sensibilización. No ha quedado rincón sin gesto para recordar el 8M y su significado. Entre otras muchas razones, que haya sido un éxito la celebración obedece a que aún hay un ingente camino por recorrer. Pero, sobre todo, que hay la motivación y la decisión. El Ourense que nunca encuentra motivo para reconocerse como sociedad nunca tiene razones para reivindicarse ni decisión de hacerlo. Ni en la calle ni en ningún foro. Será que Ourense está excesivamente masculinizado, que rima con aborregado. El portafotos Pepe Araújo (Foto: Miguel Ángel), Pepe Araújo acabó esta semana de deshojar la margarita para decidir volver al PP, un ejercicio aparentemente dubitativo que casi nadie creyó. En el 2019 se fue sin mirar atrás para cobijarse en Ciudadanos, de aquellas una fragata, hoy una balsa llena de náufragos. En alguna ocasión definió a Manuel Cabezas como un “Messi de la política” y en su lista para las municipales se integró para satisfacción de ambos, división de opiniones en el partido y una apuesta que se medirá el 28 de mayo. Como todas, claro. Va como “independiente”, que es una cosa más estética que real. Como si fuese el eje de rotación de la Tierra, el fiel de la balanza, la pureza de los materiales. Como si el juez Marlaska, metido a ministro de Interior en un Gobierno socialista, quisiera preservar su agnosticismo por no militar en el PSOE y como si no quedase ya etiquetado para cuando vuelva a vestir la toga de juez. Araújo dijo con toda solemnidad que con su voto no se mantendría después de las elecciones de mayo a los chatarreros que campan hoy en el Concello. A ver si dice y hace lo mismo el resto de la lista en la que va en el caso de que se necesiten los votiños para seguir allí abajo en la otra institución. Bueno, no, que él es independiente. Eso no va con él. A ver.