Padres de niños con intolerancia al gluten buscan ayuda en la Administración para comprar alimentos

Pan para celíacos a 14 euros el kilo

Los jóvenes celíacos reunidos en el Ateneo. (Foto: Xesús Fariñas)
El 1% de la población ourensana sufre intolerancia al gluten. Como el único tratamiento que hay es una dieta estricta y los alimentos sin esta proteína son muy caros, los enfermos piden ayudas para poder pagarlos.
Los celíacos de Ourense piden ayudas para pagar los alimentos sin gluten. La Asociación de Celíacos de Galicia (a la que pertenecen) mantuvo recientemente una reunión con Vicepresidencia para reclamar una línea de subvenciones para familias con bajos recursos.

La delegada de este colectivo en Ourense, Gloria Bernárdez, explica que los precios de los productos sin gluten son muy altos. ‘Estamos pagando por un kilo de pan 14 euros, cuando es un producto básico’, señala. Además, como ésta es una enfermedad genética, en muchos casos los hermanos e incluso alguno de los padres son celíacos. ‘Con un hijo afectado el problema económico ya es importante, pero con dos o tres se agrava. Es nuestra única medicina, por eso solicitamos precios más bajos’.

Otro problema con el que se encuentran es que, aunque cada vez son más las tiendas especializadas y las farmacias que ofertan este tipo de productos, éstos siguen escaseando en las grandes áreas comerciales.

La enfermedad celíaca es una intolerancia permanente al gluten, una proteína que se encuentran en el trigo, centeno, cebada y avena, y su único tratamiento es una dieta estricta’.

‘Con un régimen sin gluten podemos llevar una vida normal, pero es difícil hacerlo fuera de casa y tener vida social’. Según afirma, no hay ningún restaurante en la ciudad que elabore menús para celíacos y en la provincia sólo lo hacen los dos paradores. Por ello, han suscrito un convenio con la Confederación de Hostelería de Galicia para impartir cursos. También están promoviendo la implantación de estos menús en el Campus.


‘Mi hijo no crecía hasta que lo tratamos’

Agustín Segura es padre de gemelos, Agustín y Paula, de seis años, y sólo uno de ellos, el niño, es celíaco, a quien diagnosticaron la enfermedad con sólo un año. ‘No engordaba ni crecía de forma proporcional a como lo hacía su hermana, y tenía tristeza permanente en los ojos. Además, vomitaba todo lo que comía y tenía anemias ferropénicas’, relata. Sin embargo, una vez que le detectaron el problema de intolerancia al gluten, ‘empezó a desarrollarse con total normalidad, sólo a base de una dieta estricta y de suplementos de hierro cuando lo necesita’.

Afirma que para un enfermo celíaco la dieta es fundamental para crecer sano, hacer una vida normal y evitar futuras complicaciones de salud. Por eso, reitera la petición de que se abaraten los precios o que se establezcan ayudas -bien para alimentación o mediante desgravación fiscal- que ya hay en otras comunidades.

Asimismo, se queja porque hay pocos comercios con este tipo de productos. Además, explica que la confianza en el establecimiento es vital, ‘porque es una enfermedad que requiere mucha limpieza y control. No se puede freír comida sin gluten en aceite donde se haya freído antes alimentos con esta proteína, porque se contamina fácilmente. Tampoco se puede cortar, por el mismo motivo, fiambre en una máquina sin limpiar previamente’.

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