Pesadilla en el AVE de Madrid a Galicia: 24 horas de odisea

photo_camera Pasajeros afectados por el corte de la línea del AVE a Galicia provocado por el incendio de Sierra de Culebra, en Zamora, llegan desde Madrid a la estación de Ourense en un tren fantasma que ni siquiera sale en las pantallas del vestíbulo o el andén. Llevan más de 24 horas de pesadilla ferroviaria desde que el sábado suspendieron sus trenes o tuvieron que regresar a Madrid. Se quejan de la falta de información, del cordón policial que los recibió en Madrid como si fueran delincuentes, de que no cenaron ni desayunaron y de que esperaron horas sentados en el suelo.
Viajeros afectados por el corte en Zamora por el incendio mostraron su indignación en Ourense

Llegan a la estación de Ourense, a las tres y media de la tarde, en un tren fantasma. Un tren que ni siquiera sale en los monitores del vestíbulo y el andén, y cuya llegada desconocen hasta los trabajadores de Renfe a los que preguntamos. Llegan cansados, hambrientos y muy enfadados, y muchos de ellos todavía tienen que hacer trasbordo y continuar viaje hacia Vigo, Pontevedra o Santiago. Son algunos de los 1.800 viajeros del AVE a Galicia afectados por el corte de esta línea el sábado a causa del incendio de la Sierra de Culebra, en Zamora, y que obligó a suspender o regresar a su punto de origen a cinco trenes. Llevan ya 24 horas de pesadilla ferroviaria que aún no ha terminado. 

De este tren fantasma, sin interventor, sin agua y sin bar, van bajando con cara de desconcierto porque ningún empleado de Renfe les espera. Desde las 10.25 horas del domingo, las autoridades permiten a Adif restablecer la circulación ferroviaria en el tramo Zamora-Sanabria y los trenes de alta velocidad prestan ya servicio, entre ellos este convoy invisible. “Ni cenamos ni desayunamos; una persona se ha desmayado. Este tren viene medio vacío; solo lo cogimos las personas que no hicimos caso de lo que nos dijo la Policía Nacional y nos quedamos en Chamartín. Más de la mitad de la gente se fue porque amenazaron con desalojarnos y se buscó la vida, y nadie les informó de este tren especial”, se queja Valle García. Ella es una de las pasajeras que el sábado viajaban a Galicia y tuvieron que regresar  a Madrid por el corte de la vía, y decidieron plantarse hasta que Renfe los trasladó en dos autobuses hasta el Hotel Marriot de Barajas donde reservó 200 habitaciones. 

Desinformados y nerviosos

Aunque fuentes de Renfe aseguraron que han “informado a través de todos los canales de comunicación a los viajeros”, éstos lo niegan rotundamente. “Lo peor es que no había ningún tipo de información. Los señores conductores tampoco sabían nada. Y la gente estaba cada vez más nerviosa”, explica Ricard Negri, que viaja con un grupo de catalanes a Santiago. Aunque la compañía se justifica diciendo que se trata de “una situación excepcional provocada por este incendio”, los afectados definen el trato recibido como un desastre y desesperante, y se preguntan si no hay protocolos de actuación para gestionar estas crisis.

 Juan, que es productor y el fin de su odisea es Pontevedra, dice que fue delirante. “Nos habían prometido que en Chamartín íbamos a tener a alguien esperándonos para darnos información, pero lo que había era un policía cada dos metros en el andén a lo largo de todo el convoy. Atención al cliente estaba cerrado y los agentes del cordón policial nos dijeron que teníamos que desalojar la estación a las doce de la noche y que esperaban no tener que utilizar ningún tipo de fuerza”, señala. Este pasajero pudo registrarse en el hotel pasadas las dos de la madrugada, pero afirma que hubo gente que no logró subir a la habitación hasta las tres y media de la mañana.

Todos recuerdan el gentío enorme que había el sábado en Chamartín esperando una solución y que no pudo subirse a este tren. “Había familias con niños, ancianos  y gente enferma que  viajaba a un hospital para un operación”, indica Rosa María Barreiro. Renfe informó que los afectados pueden “realizar las reclamaciones que consideren oportunas”.

Alquilar un coche y conducir hasta las 4 de la mañana o pagar 400 euros por volar

Entre quienes decidieron marcharse de Chamartín ante la falta de soluciones de Renfe y las amenazas de desalojo por parte de la Policía está Asunción Maus, enfermera de Ourense, que reprocha que “la gente estaba desprotegida y desinformada. El único interés que tenía Renfe es que la gente devolviese el billete”. Ella y otras ocho enfermeras decidieron contratar dos coches de alquiler y conducir toda la noche hasta Galicia. “Viendo el panorama y que se eternizaba la llegada de una solución decente, salimos a las 22.30 horas de Madrid y llegamos a Ourense a las cuatro de la madrugada. No encontramos fuego, solo un poco de humo cerca de Benavente que no dificultaba la visibilidad”, asegura Maus, que considera que es necesaria una indemnización por “maltrato absoluto hacia los clientes”.  Otros viajeros con más prisa se vieron obligados a comprar un billete de avión, por valor de 400 euros.

LOLA NAVARRO

“No nos dieron nada de cenar; estuvimos todo el día sin comer”

“Cuando llegamos a Madrid, nos encontramos con un cordón policial y con que Atención al cliente estaba cerrado. Allí seguimos mucho tiempo esperando. Al final, un policía nos pidió que nos pusiéramos en fila. No nos dieron de cenar nada; estuvimos todo el día sin comer. Y esta mañana hemos esperado tres horas al tren especial”.

RICARD ZEGRI

“Nos dijeron: id a Atención al Cliente, y estaba cerrada”

“Lo peor es que no nos han dado ningún tipo de información. Nos dijeron que cuando llegáramos a Chamartín, fuéramos a Atención al Cliente y cuando llegamos, estábamos rodeados de policías por todas partes porque esperaban que se montara una gorda y Atención al Cliente estaba cerrado.  Ha sido desesperante”.

ROSA MARÍA BARREIRO

“Estivemos sentados no chan esperando ata a unha da mañá”

“Estivemos sentados no chan ata a unha da mañá sen recibir información coherente. Á unha da mañá comunicáronnos que iban levarnos a un hotel. Ata as tres da máña non nos puidemos rexistrar. Non ceamos, non nos deron auga nin un bocadillo. E esta mañá, sen almorzar. Recibimos un trato que non é normal nunha sociedade avanzada”.

VALLE GARCÍA

“El andén y la estación, llenos de Policía, y ni una persona de Renfe”

“En Chamartín, el andén y la estación estaban llenos de Policía y ni una persona de Renfe. Ahora nos pusieron un tren fantasma  sin agua, sin bar y sin interventor. Nos dijeron que podríamos llegar a nuestro destino. Tenemos que llegar a Santiago, Vigo y Redondela y no hay nadie en Ourense para informarnos. La gestión es un desastre”.

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