Los trabajadores transfronterizos españoles pueden circular sin problemas en Portugal con los vehículos de matrícula española para trasladarse a su local de trabajo, siempre que éste se encuentre a menos de 60 kilómetros de la frontera portuguesa. Con esta norma, el gobierno luso zanja una problemática con los trabajadores españoles que el pasado año y en solo seis meses se saldó con el decomiso de 50 coches de médicos de España, siete de ellos ourensanos, por no estar dados de alta en el país vecino.
En sólo seis meses, el pasado año la Policía lusa llegó a decomisar el automóvil a 50 profesionales sanitarios que trabajan en centros de salud y hospitales portugueses, siete de ellos médicos ourensanos, por no tener sus vehículos dados de alta en Portugal. Pero esta problemática que sufren los españoles que trabajan en el país vecino y que viene ya de años atrás presenta ahora visos de solución.
Las personas nacionalizada en España que trabajan en Portugal a menos de 60 kilómetros de la frontera podrán conducir en este país coches con matrícula española sin riesgo de ser multados, según una medida aprobada por el Gobierno luso, que espera acallar las críticas suscitadas por las sanciones y decomisos de coches. Los trabajadores transfronterizos españoles pueden circular sin problemas en Portugal con los vehículos de matrícula española para trasladarse a su local de trabajo, siempre que éste se encuentre a menos de 60 kilómetros de la frontera portuguesa, señala el documento del Gobierno luso.
El mencionado texto del Ministerio de Asuntos Exteriores portugués aclara que el 80% de este tipo de casos quedó resuelto después de la entrada en vigor el 1 de enero pasado de esta nueva norma, recogida en el Presupuesto General del Estado.
Presión médica
El Ejecutivo luso reaccionó así a las denuncias realizadas ante la Comisión Europea y a una carta enviada al presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, por la Asociación de Profesionales de Salud españoles en Portugal, en la que le instaba a defender sus derechos ante esta aplicación de leyes obsoletas y antieuropeas.
La asociación de médicos y enfermeros denunció una persecución a los 14.000 españoles (muchos ourensanos) que trabajan en Portugal por no matricular sus vehículos en este país a un costo muy alto, ya que los impuestos de matriculación pueden llegar a ser un 60 por ciento más elevados que en el país vecino.
El cambio de matriculación suponía además fijar la residencia en Portugal, lo que sería muy complicado para los afectados, que en muchos casos viven con su familia del lado español y cruzan la frontera prácticamente a diario para trabajar. Esta agrupación llegó a pedir que si Portugal no solucionaba esta situación, España aplicase las mismas medidas a los trabajadores lusos.
Las personas nacionalizada en España que trabajan en Portugal a menos de 60 kilómetros de la frontera podrán conducir en este país coches con matrícula española sin riesgo de ser multados, según una medida aprobada por el Gobierno luso, que espera acallar las críticas suscitadas por las sanciones y decomisos de coches. Los trabajadores transfronterizos españoles pueden circular sin problemas en Portugal con los vehículos de matrícula española para trasladarse a su local de trabajo, siempre que éste se encuentre a menos de 60 kilómetros de la frontera portuguesa, señala el documento del Gobierno luso.
El mencionado texto del Ministerio de Asuntos Exteriores portugués aclara que el 80% de este tipo de casos quedó resuelto después de la entrada en vigor el 1 de enero pasado de esta nueva norma, recogida en el Presupuesto General del Estado.
Presión médica
El Ejecutivo luso reaccionó así a las denuncias realizadas ante la Comisión Europea y a una carta enviada al presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, por la Asociación de Profesionales de Salud españoles en Portugal, en la que le instaba a defender sus derechos ante esta aplicación de leyes obsoletas y antieuropeas.
La asociación de médicos y enfermeros denunció una persecución a los 14.000 españoles (muchos ourensanos) que trabajan en Portugal por no matricular sus vehículos en este país a un costo muy alto, ya que los impuestos de matriculación pueden llegar a ser un 60 por ciento más elevados que en el país vecino.
El cambio de matriculación suponía además fijar la residencia en Portugal, lo que sería muy complicado para los afectados, que en muchos casos viven con su familia del lado español y cruzan la frontera prácticamente a diario para trabajar. Esta agrupación llegó a pedir que si Portugal no solucionaba esta situación, España aplicase las mismas medidas a los trabajadores lusos.
