Las fuerzas de seguridad desmantelaron en la provincia el pasado año la primera banda organizada, integrada por súbditos rumanos, supuestamente dedicada al robo y posterior comercialización del cobre obtenidos en subestaciones eléctricas y postes de telefonía en las provincias de Ourense, Zamora y Lugo. La instrucción del caso, que se dirime en dos juzgados, ya cuenta con la primera sentencia condenatoria, en la que se reconoce la participación activa del único menor de los seis detenidos en agosto de 2010, un chico de 17 años.
La titular del Juzgado de Menores de Ourense, en una sentencia dictada hace escasos días, le impone doce meses de internamiento (en régimen abierto) en un centro de menores, de los que dos serán de libertad vigilada. Al mismo tiempo, por los daños ocasionados con el robo de cable para obtener cobre, decreta una indemnización de 1.8957 euros para las empresas Acciona Energía; abonar los desperfectos ocasionados en una valla de la subestación eléctrica de Lubián así como a pagar 13.023 euros a Teléfonica por los daños ocasionados en las líneas de Matamá (Laza) Cualedro, Guntín y Monterroso (Lugo).
El fallo tiene en cuenta las particularidades familiares del menor, ya que 'pertenece a un grupo familiar cerrado con funcionamiento de clan que obstaculiza los procesos racionales individuales de desistimiento de la carrera delictiva.
La magistrada, a tenor del atestado policial, considera que la banda de la que formaba parte el menor cortaba las verjas de protección de las cabinas en donde se alojaba el cableado o trepaba por los postes y, tras comprobar la calidad e idoneidad comercial de los cables, se apoderaba del mismo. El tratamiento del cable para hacerlo irreconocible, según recoge la sentencia, se realizaba en Ventosela (Ribadavia), previa quema del material plástico .
La magistrada hace hincapié en las consecuencias que reportaba esta acción. 'Dejaba desabastecidos de comunicaciones teléfonicas y de ADSL a los habitantes de la zonas afectadas. Si bien, la Guardia Civil constató que había ocasiones en las que, tras cortar los cables, los dejaban abandonados a tenor de sus características. Esto ocurrió el 14 de julio de 2010, en las proximidades de Taboada (Lugo), afectando a 100 pares de postes.
Asimismo, el mismo fallo recoge con detalle el 'modus operandi' llevado a cabo para la comercialización: el 22 de julio el menor, junto a otros integrantes de la banda, se desplazaron al polígono de O Caramuxo (Vigo) para vender 504 kilogramos, lo que les reportó 2.116 euros.
Asimismo, el equipo de Policía Judicial de la Comandancia de Ourense constató que el grupo organizado también buscó proveedores en Braga (Portugal), concretamente en una empresa dedicada al reciclaje de metales.
El fallo tiene en cuenta las particularidades familiares del menor, ya que 'pertenece a un grupo familiar cerrado con funcionamiento de clan que obstaculiza los procesos racionales individuales de desistimiento de la carrera delictiva.
La magistrada, a tenor del atestado policial, considera que la banda de la que formaba parte el menor cortaba las verjas de protección de las cabinas en donde se alojaba el cableado o trepaba por los postes y, tras comprobar la calidad e idoneidad comercial de los cables, se apoderaba del mismo. El tratamiento del cable para hacerlo irreconocible, según recoge la sentencia, se realizaba en Ventosela (Ribadavia), previa quema del material plástico .
La magistrada hace hincapié en las consecuencias que reportaba esta acción. 'Dejaba desabastecidos de comunicaciones teléfonicas y de ADSL a los habitantes de la zonas afectadas. Si bien, la Guardia Civil constató que había ocasiones en las que, tras cortar los cables, los dejaban abandonados a tenor de sus características. Esto ocurrió el 14 de julio de 2010, en las proximidades de Taboada (Lugo), afectando a 100 pares de postes.
Asimismo, el mismo fallo recoge con detalle el 'modus operandi' llevado a cabo para la comercialización: el 22 de julio el menor, junto a otros integrantes de la banda, se desplazaron al polígono de O Caramuxo (Vigo) para vender 504 kilogramos, lo que les reportó 2.116 euros.
Asimismo, el equipo de Policía Judicial de la Comandancia de Ourense constató que el grupo organizado también buscó proveedores en Braga (Portugal), concretamente en una empresa dedicada al reciclaje de metales.
