“Un producto tan bueno como la castaña, debería estar más aprovechado'

El reputado pastelero alicantino Paco Torreblanca, ayer en Ourense.
Considerado el mejor maestro pastelero de Europa y uno de los mejores de todo el mundo, Paco Torreblanca llega hoy a Ourense para participar en el Foro Castaña, que promueven el Grupo Cuevas y el Inorde, donde elaborará auténticas recetas de autor a partir de la castaña para innovar en la mesa navideña. Aunque lleva trabajando duro desde hace muchos años -y un amplio palmarés le avala-, la fama le llegó cuando elaboró la 'Gianguja real' para el banquete nupcial de los príncipes de Asturias, allá por 2004.
Llega a una tierra donde se pensaba que con las castañas ya estaba todo inventado, ¿con qué va a sorprender a los golosos ourensanos?
Vengo a presentar los 'macarróns', un producto de origen francés, elaborado con una crema de azafrán, cítricos y, por supuesto, castañas. También elaboraré una ostra de chocolate con especias y castañas, un panettone de este fruto y hojas de chocolate -con distintos porcetajes de cacao- que también llevan trocitos de castaña. El tema de estos postres es 'el otoño y la castaña'.

Entonces, ¿la castaña se adapta bien a la repostería?
Sí y de forma extraordinaria. Lo que pasa es que aquí, siendo un produto típico y tan popular, se le da muy poca aplicación y está muy limitado. Yo propongo echarle más imaginación para potenciarlo y revalorizarlo, porque es un producto que fuera gusta mucho, que es muy exportable y se paga carísimo. Es lamentable que se manden tantas castañas desde Galicia para elaborar y transformar en otros países.

¿Qué le parece la respostería ourensana?
He probado la bica, las filloas -tanto con sangre como sin ella-, la tarta de San Martiño... y la verdad es que son productos tradicionales muy sabrosos. Pero creo que necesitan un toque de innovación y -sin perder sus orígenes- potenciar su estética, aunque, me han gustado mucho.

¿Cuál es su ingrediente fetiche?
El chocolate. Es un ingrediente que para mí tiene unas posibilidades infinitas y es el que más utilizo.

Ocho años después de la boda de los Príncipes ¿Cómo lleva lo de ser el “repostero real'?
Encantado de que se acordaran de mí para hacer el pastel, pero al final hay que trabajar todos los días y este fue un momento más de mi trayectoria profesional. Hoy en día aún recibimos pedidos de esa tarta, pero hubo un momento que tuvimos que quitarlo porque parecía que sólo sabíamos hacer ese pastel.

¿Cuál es el pastel más difícil que ha hecho en sus años de experiencia?
Creo que fue el que hice para el Papa cuando vino a España el año pasado y ¡con ese sí que ya me gané el cielo! (entre risas). Quería un pastel típico alemán de su región y al final tuvimos que hacer una evolución de ese postre, porque era casi incomible, muy grasiento y pesado. Cuando lo probó, le encantó porque este era mucho más ligero.

A parte de crear pasteles, uno de sus sueños es crear una escuela de respotería en África.
Sí, pero no tengo dinero. Sierra Leona es un sitio que a mí me llega al corazón por lo que han pasado allí los niños, pero más que educarlos, lo que me gustaría es ayudarles a recuperar la variedad de productos que tienen en ese país.

Te puede interesar