Tribunales en Ourense | Una relación sentimental lo lleva a juicio por cuarta vez, esta vez acusado de acoso

Ourense. 15/10/2018. Juzgado de Ourense en el que se  empiezan a realizar horas extras para recuperar el trabajo atrasado durante la huelga.
Foto: Xesús Fariñas
photo_camera Ourense. 15/10/2018. Juzgado de Ourense en el que se empiezan a realizar horas extras para recuperar el trabajo atrasado durante la huelga. Foto: Xesús Fariñas
 El inculpado alega que también recibía llamadas de ella “lo que no encaja con un acoso”.

La relación sentimental de Jonatan D.R., quien fue responsable de Amnistía Internacional en Galicia y presidente del club deportivo Fontefría, con su expareja sentimental se ha traducido ya en dos condenas firmes por quebrantamiento del alejamiento impuesto por el juzgado a modo de medida cautelar (nueves meses de prisión por cada una y 2.000 euros por daños morales tras la inadmisión a trámite del recurso de casación ante el Supremo); una tercera notificada recientemente por el Penal 1 de malos tratos (31 días de trabajos en beneficio de la comunidad) y un nuevo pleito por acoso que estaba señalado para ayer  pero se suspendió a petición del fiscal, que atribuyó “mala fe precesal” a la abogada del inculpado por presentar dos periciales informáticas, de casi 400 folios, y una psicológica a última hora.

En la acusación por acoso en concurso con obstrucción a la justicia, cuya vista quedó aplazada al mes de junio, el ministerio público reclama tres años de cárcel y multa de 18 meses  con una cuota diaria de 18 meses. La acusación particular la eleva a siete años de prisión ya que también le imputa  un delito de violencia física y psíquica.

Las acusaciones pública y particular sostienen que Jonatan llamó en numerosas ocasiones el 12 de marzo de 2020 en más de 25 ocasiones, entre las 11.13 y las 00.40 horas, y 98 mensajes, gran parte entre las 00.23 y las 1.56 horas. Todo ellos, según dicen, para presionarla en relación a la denuncia por violencia de género interpuesta el 11 de abril de 2020 por malos tratos (el asunto que  fue sentenciado con los trabajos comunitarios).  El fiscal asegura que el acusado siguió con el hostigamiento a través de wasaps y en el chat de Telegram para que retirase la denuncia. Incluso le atribuye un cambio de residencia a Muíños en diciembre de 2020 a sabiendas que ella. tenía una vivienda vacacional.

Este atosigamiento, añaden, produjo en la denunciante “un gran desasosiego”, quien nunca se desplaza sola y debe ir acompañada. Hasta, según sostiene, cambió sus rutas para ir al trabajo. 

La defensa niega los hechos. Asegura que aportaron dos informes periciales “que acreditan que las conversaciones que ella presenta no son veraces”. En cuanto a las llamadas, añade que “fueron atendidas con normalidad y con una duración larga, por lo que es evidente que ella quería conversar”.  El inculpado alega que también recibía llamadas de ella “lo que no encaja con un acoso”.

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