Hostelería

Los restaurantes lamentan que todavía no pueden servir cenas

Tatiana González, Rubén Cid y Nacho Rodríguez.
photo_camera Los hosteleros Tatiana González, Rubén Cid y Nacho Rodríguez.
La hostelería celebra la ampliación de horario y aforo, pero quiere cerrar más tarde de las nueve

Quieren más. La reacción generalizada entre la hostelería ourensana a la decisión de la Xunta de ampliar el horario y el aforo de los locales es positiva, pero critican que la hora de cierre escogida sigue impidiendo a los restaurantes servir cenas. "Hombre, poder abrir unas horas más sí que ayuda, y todo lo que avancemos está bien, pero no creo que la gente se quede a cenar", lamenta el gerente del Tamarindo, Rubén Gil.

Iñaki Mella, dueño de varios locales en el centro comercial o el restaurante Lagarza, es más contundente: "Para mí es como si no hubieran hecho nada, seguimos sin poder dar de cenar", sentencia, y señala que se debería haber establecido como hora de cierre las 22,00 horas, en vez del límite actual de las 21,00 horas. 

Coincide con él Javier Outomuro, responsable de A Taberna y representante de la Unión de Hosteleros de Ourense, quien considera que la medida anunciada por Feijóo es "suave", y que "no beneficia a toda la hostelería". 

Como consecuencia de esto, los dueños de los restaurantes se encuentran ante la disyuntiva de si recuperar empleados que se encuentran en ERTE para reforzar los turnos extra. "A min non me compensa tentar dar ceas, a xente sae ás oito de traballar… seguiremos coas comidas", dice Tatiana González, dueña de A Tixola y vicepresidenta de la asociación Véxote nos Viños. "Tendremos que hilar muy fino, ver cuánta gente más necesitamos… la hostelería seguimos sufriendo", añade Gil.

Los bares, contentos

Frente a estas críticas, bares y restaurantes sí celebran la relajación de las restricciones. "Es cierto que los restaurantes no están contentos, pero a los bares nos parece bien, sobre todo a los que tenemos terraza", destaca Nacho Rodríguez, del Trampitán. Para el dueño de este local de la Praza Maior, "lo de las seis era muy justo", y estas tres horas a mayores resultan "un alivio bastante grande".

Ahora Rodríguez lo que pide es "que la gente se comporte". También la propietaria de A Tixola pone el foco en la ciudadanía: "Vaiamos pouco a pouco, iso si, porque non é cuestión de abrir a man e que a xente se volva loca, que hai moitas ganas de festa…", comenta González. 

El serial de la desescalada, un año de olas, cierres y reaperturas

El anuncio de la relajación de las medidas para la hostelería, que entrará en vigor mañana y se mantendrá hasta final de mes, supone el último capítulo de un serial de cierres y reapertureas al que los bares y restaurantes llevan enganchados -a su pesar- desde hace un año.

En marzo del año pasado, la cuarentena que convirtió a Ourense en una ciudad fantasma bajó las verjas de todos los negocios hosteleros. Después, llegaron las sucesivas olas de la pandemia y, con ellas, el alivio para los hosteleros durante el verano, el cierre de octubre, la polémica en Navidad. Antes de aquello, el "modelo Carballiño" y el aferrarse al take away, en noviembre. Después de las fiestas, un cierre de la hostelería a finales de enero que el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, justificó para "salvar todas las vidas que se pueda".

Un mes más tarde, a finales de febrero, un grupo de concellos privilegiados recuperaban los bares en una nueva desescalada. Progresivamente, los vecinos de la provincia fueron recuperando o -como el último caso, con Maside y Vilardevós- perdiendo la posibilidad de comer fuera en función de su incidencia. Hoy los hosteleros prepararán la ampliación de horario de mañana, esperando al nuevo capítulo del serial, tal vez en Semana Santa.

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