Tras licenciarse en Derecho, con su gusto por la historia y tomando como base las obras de Modesto Lafuente, el ourensano Pedro Pérez ha escrito 'Sobre la reunificación de España y Portugal', un libro en el que aboga por la unión de ambos países y que considera las fronteras actuales como ilegítimas.
Aunque el título es bastante clarificador sobre el contenido, ¿qué puede avanzar sobre este libro?
Trata de explicar paso a paso cómo se fueron separando España y Portugal, analizando por qué se trató de un proceso ilegítimo. Esa es, básicamente, la parte histórica, a la que sigue una parte jurídica en la que intento abordar el modo en que sería posible una reunificación.
¿Por qué sostiene que fue ilegítimo el proceso de separación?
Porque se llevó a cabo de una forma totalmente ilegítima. Tenemos a un personaje como Henrique de Borgonha, al que le dio por separarse del reino de Castilla. Esa idea se la transmitió a su mujer Teresa, también a su hijo Afonso Henriques y, finalmente, lo llevó a cabo valiéndose de las debilidades que en ese momento había en Castilla. Este error no se fue subsanando a lo largo de la historia y, aunque hubo diferentes intentos, ninguno de ellos tuvo resultados satisfactorios.
¿Y cree que ocurrirá?
Habría que convencer a la gente. Un libro es una buena idea para empezar porque el título es bastante claro y la gente puede interesarle y vayamos tomando conciencia. Ya he hablado con el editor para ver si pudiésemos traducirlo y publicarlo también en Portugal, porque este tiene que ser un proceso común, no unilateral. A estas alturas no puede hablarse de conquista. Yo creo que la mayoría de la gente no sabe por qué se han separado y pueden pensar que es un proceso parecido al de España y Francia, pero no tienen nada que ver. Leyendo el libro, puede que se conciencien y quieran llevarla a cabo.
¿Cuál sería, a su juicio, el procedimiento más adecuado?
Debe ser un referendum de todo el cuerpo electoral español y portugués. Si la respuesta es positiva por mayoría, podría comenzar el proceso de reunificación. Pero antes es necesario que exista una gran conciencia a favor, puesto que las encuestas hoy dicen que sólo un 33%, tanto de España como de Portugal, estaría a favor de esa unión y otro tercio se manifiesta en contra. Por eso, tendría que ser una toma de conciencia importante hasta llegar al 50%.
¿Qué beneficios tendría para ambos países?
¿Por qué no vamos a ser el mismo país? Seguiríamos siendo miembros de la Unión Europea, pero tendríamos la misma lengua. No tendríamos por qué seguir con esta separación artificial creada hace tiempo en la que se empeñó un personaje histórico de hace siglos.
Al considerar que esa reunificación es posible, ¿cree que la crisis económica que atraviesan ambos países podría ser un aliciente para llevarla a cabo?
Por parte de Portugal sí lo sería, pero no en España porque aquí se tiene la idea de que ellos están peor. De hecho, sufrieron un rescate y nosotros no, igual por eso tendríamos la concepción de que la unificación podría ser un retardo para superarla. En cualquier caso, es una crisis económica, que superaresmo y en cinco o diez años podría volver a plantearse, cuando las cosas volvieran a la normalidad. De todos modos, este libro no ahonda en economía porque tampoco sé mucho de ella.
Trata de explicar paso a paso cómo se fueron separando España y Portugal, analizando por qué se trató de un proceso ilegítimo. Esa es, básicamente, la parte histórica, a la que sigue una parte jurídica en la que intento abordar el modo en que sería posible una reunificación.
¿Por qué sostiene que fue ilegítimo el proceso de separación?
Porque se llevó a cabo de una forma totalmente ilegítima. Tenemos a un personaje como Henrique de Borgonha, al que le dio por separarse del reino de Castilla. Esa idea se la transmitió a su mujer Teresa, también a su hijo Afonso Henriques y, finalmente, lo llevó a cabo valiéndose de las debilidades que en ese momento había en Castilla. Este error no se fue subsanando a lo largo de la historia y, aunque hubo diferentes intentos, ninguno de ellos tuvo resultados satisfactorios.
¿Y cree que ocurrirá?
Habría que convencer a la gente. Un libro es una buena idea para empezar porque el título es bastante claro y la gente puede interesarle y vayamos tomando conciencia. Ya he hablado con el editor para ver si pudiésemos traducirlo y publicarlo también en Portugal, porque este tiene que ser un proceso común, no unilateral. A estas alturas no puede hablarse de conquista. Yo creo que la mayoría de la gente no sabe por qué se han separado y pueden pensar que es un proceso parecido al de España y Francia, pero no tienen nada que ver. Leyendo el libro, puede que se conciencien y quieran llevarla a cabo.
¿Cuál sería, a su juicio, el procedimiento más adecuado?
Debe ser un referendum de todo el cuerpo electoral español y portugués. Si la respuesta es positiva por mayoría, podría comenzar el proceso de reunificación. Pero antes es necesario que exista una gran conciencia a favor, puesto que las encuestas hoy dicen que sólo un 33%, tanto de España como de Portugal, estaría a favor de esa unión y otro tercio se manifiesta en contra. Por eso, tendría que ser una toma de conciencia importante hasta llegar al 50%.
¿Qué beneficios tendría para ambos países?
¿Por qué no vamos a ser el mismo país? Seguiríamos siendo miembros de la Unión Europea, pero tendríamos la misma lengua. No tendríamos por qué seguir con esta separación artificial creada hace tiempo en la que se empeñó un personaje histórico de hace siglos.
Al considerar que esa reunificación es posible, ¿cree que la crisis económica que atraviesan ambos países podría ser un aliciente para llevarla a cabo?
Por parte de Portugal sí lo sería, pero no en España porque aquí se tiene la idea de que ellos están peor. De hecho, sufrieron un rescate y nosotros no, igual por eso tendríamos la concepción de que la unificación podría ser un retardo para superarla. En cualquier caso, es una crisis económica, que superaresmo y en cinco o diez años podría volver a plantearse, cuando las cosas volvieran a la normalidad. De todos modos, este libro no ahonda en economía porque tampoco sé mucho de ella.
